24/03/2021

Respecto a años anteriores, locales afirman que se registran menos pedidos por el momento. El aumento de precios y la pérdida de costumbres incidieron en la merma


Se aproximan las celebraciones por Semana Santa y, con ellas, la preparación del clásico menú. Un producto que habitualmente cobra protagonismo por estas fechas es el pescado, conforme la tradición religiosa. Sin embargo, este año la demanda de pacú, dorado, surubí, boga y salmón es baja en comparación con años anteriores, según aseguraron comerciantes del rubro.
 
En muchos casos, las variedades de pescados tuvieron incrementos superiores al 25% en comparación con los importes del año pasado y en otros casos supera el 80%. Según el comercio, el precio por kilo oscila entre 700 y 900 pesos, mientras que el salmón, uno de los productos más caros, llega a los 1.200 el kilo. En esta línea, los datos del Instituto de Estudios de Consumo Masivos (Indecom) arrojaron que en promedio el pescado mostró un aumento del 84,1% según el punto de venta, a partir de un análisis sobre el encarecimiento de la canasta de Pascuas, que subió un 120%.


En este sentido, los importes elevados condicionan la demanda y por ello, muchos clientes se volcaron a la compra de pollo y cerdo, cuyo precio es menor.


Similar panorama se refleja en los estanques del interior, particularmente en Jardín América y Capioví, que también registran poca demanda (ver Buen stock y pocos...). Sin embargo, en todos los casos, mantienen expectativas de poder tener algunas ventas.


Importes, pedidos y expectativas


En diálogo con El Territorio, Iván Araujo, propietario de Granja Daruma, local dedicado a la venta de pescados, pollos y cerdos, contó que “la demanda no es como otros años en los que nos abastecíamos un mes antes para cumplir, pero este año no, muy poco teniendo en cuenta que ya queda poco para Semana Santa”. Adujo que el consumo de otros productos, como pollo y cerdo, incidió en la demanda, además de la lejanía en torno a las costumbres de la fecha.


Sobre los precios, señaló que se encarecieron de un año al otro. En este punto, especificó que el surubí pasó de 400 a 950 pesos el kilo. En el caso del pacú, el valor es de 600 en promedio y el dorado, 700 pesos aproximadamente. Y el salmón, de menor consumo, cuesta 1.200 pesos el kilo.
 
Cuando faltan más de diez días para las Pascuas, Araujo mantiene expectativas de recobrar la demanda. “Creemos que la semana que viene, ya en la víspera, el movimiento será otro, no tan intenso pero habrá. Miramos con optimismo. Por lo pronto, hay más ventas de pollo y cerdo, que por los precios son mucho más económicos y accesibles. Apuntamos bien arriba y que haya más demanda”, expresó.


Por su parte, Mauricio, dueño de la rotisería y pescadería El Doradito, manifestó que “las ventas están muy bajas en relación al año pasado, que pese a la cuarentena estricta, hubo muchos pedidos”. La suba en los costos enviadas por los proveedores impactó en el precio final del producto, comentó el comerciante. Detalló algunos de los valores de los productos por kilo: boga a 650 pesos, el pacú a 700 y el dorado y surubí a 800 pesos.


De cara a Semana Santa, el trabajo en los criaderos de peces sube, en consonancia con la tradición de mayor consumo de pescados. Sin embargo, este año prima la baja demanda.


José Bauloski (58) y Eunice Ferreira (35) hace siete años se dedican a la cría de peces en su propio estanque. Este año, al igual que en 2020, la demanda es distinta. Al respecto, Eunice comentó: “No tenemos tanta demanda como años anteriores. Si bien tenemos pescados a la venta, llevamos a la feria franca o vendemos particularmente. Mermó la compra del producto”.


“Ahora estamos esperando que llegue Semana Santa para aumentar la venta. Tenemos a 400 pesos el kilo. Si bien hay pedidos, la pandemia complicó la parte monetaria, los costos cambian y cuesta la rentabilidad”, aseveró Ferreira.


En sus lagunas tienen pacú, carpa carpín, carpa asiática y tilapia. “En la última pesca llegué a sacar un pacú de 4.500 kilos, nos quedamos muy contentos porque nos sirve para la venta”, contó Bauloski.


Explicaron que tienen un proceso de cría lo más natural posible, trabajo que encaran todos los días en el afán de asegurar la calidad y variedad de los productos, por lo que apuestan a la diversificación.


Una familia dedicada a la cría


En Capioví, toda la familia Strieder se dedica a la cría de peces desde hace 20 años y hace catorce a la venta al público. La familia está compuesta por Camilo Strieder (56), Ramona Rodríguez (52) y los hijos Agustín (23) y Camila (20).


En diálogo con El Territorio, Ramona dijo: “La sequía del año pasado afectó el crecimiento debido a la falta de oxígeno en el agua, por ende comían menos, afectando así el engorde y desarrollo”. En tanto, Camilo detalló: “En las lagunas tenemos pacú, tilapias, carpa carpín, cabezona, surubí, sábalo y dorado”, que entre alevinos y peces adultos, cuentan con alrededor de 15.000 ejemplares.


Contaron que el propósito de tener todo en condiciones lleva su tiempo. “Para lograr un buen pescado hay que tener buena calidad en el agua y buena alimentación, eso por lo general dura dos años”, explicó Camilo.


La pareja contó las expectativas que tienen de cara a la Semana Santa que se aproxima: “Ahora hay bastante demanda, queremos vender y cubrir los gastos y para estas fechas tenemos diez clientes fijos y otros que se van sumando”, dijeron. En este sentido, comentaron que el kilo de pescado lo venden a 500 pesos. Resaltaron también que la pandemia perjudicó la venta al público y el ingreso de turistas al municipio.


Por Emmanuel  López del Valle
emmanuellopezdelvalle@gmail.com



Fuente: El Territorio

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