11/04/2019

Científicos del Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT, por sus siglas en inglés) presentaron este miércoles la primera imagen de un agujero negro, uno de los mayores misterios del Universo de los que hasta ahora sólo se tenían pruebas en base a teorías.


"No sabemos qué es lo que hay detrás del agujero, lo que entra allí no sale más", aseguró Geoffrey Crew, uno de los científicos que participó de la prueba.


"Aunque sí sabíamos de su existencia, nunca lo habíamos visto, ver para creer", continuó Crew.


La imagen fue obtenida a partir del trabajo colaborativo de una red de ocho observatorios ubicados en distintos lugares del mundo y muestra un anillo amarillo ubicado a más de 53,3 millones de años luz de la Tierra.


Uno de los observatorios que participó del proyecto es el chileno Alma, ubicado en el desierto de Atacama, y descripto como el "más moderno y más sensible que existe en el mundo".La teoría de la relatividad de Albert EinsteinEn Córdoba, donde se desarrolla la octava conferencia internacional del Grupo de Relatividad y Gravitación (GRG) de la Facultad de Matemática, Astronomía, Física y Computación (FaMAF), de la Universidad Nacional, los científicos coincidieron en que esta fotografía muestra elementos que permiten confirmar con "alta precisión" la teoría de las ondas gravitacionales y de la relatividad de Albert Einstein.


La conclusión de este trabajo es que el agujero negro "es consistente con alta precisión al agujero negro de la teoría de Einstein", manifestó Luis Lehner, del Perimeter Institute de Cánada, en una conferencia que se brindó en el espacio Plaza Cielo Tierra de la ciudad de Córdoba, donde se pudo ver la transmisión del anuncio que se hizo en Bruselas.


En ese sentido añadió que esas ondas gravitacionales "nos muestran qué pasa con el espacio tiempo al estar altamente perturbado por la dinámica propia que tiene el agujero y al efecto de la curvatura de la gravedad".


Por lo tanto, consideró que es un "excelente laboratorio para que en el futuro empecemos a tratar de ver si hay alguna desviación con la teoría de la relatividad. Es un primer paso a partir de esta primera foto en la vida que se puede ver", resaltó.


"Se midió por primera vez un agujero negro, que está a 50 millones de años luz de la tierra y que tiene alrededor de 6.000 millones de masas solares (alrededor de 10.000 millones de kilómetros)", explicó Lehner, el científico cordobés que participó de la investigación.


Señaló que "estos datos son importantes porque las mediciones anteriores diferían de esas cifras. Estos datos establecen mayor exactitud y con sólo un error del 10%".


Unos minutos antes, desde Chile, Crew había explicado: "Todo empezó con Einstein, que escribió una ecuación muy hermosa, que es la teoría de la relatividad, que explica la gravedad".Un anillo rojo y amarilloLa imagen difusa de un anillo rojo y amarillo presentada este miércoles es la de un agujero negro supermasivo ubicado en el centro de la galaxia M87.


La primera idea de la existencia de un agujero negro -materia tan concentrada que es capaz de absorber incluso la luz- fue planteada por Einstein a principios del siglo XX. Sus teorías fueron luego profundizadas en los setenta por Stephen Hawking.


Las imágenes conocidas hoy corresponden a un agujero negro que está ubicado en el centro de la galaxia M87, detalló a Télam el astrónomo Daniel Barraco, director del centro de ciencias astronómicas Plaza Cielo Tierra, y explicó que las observaciones y mediciones se realizaron mediante sistema de interferometría, para el cual se utilizaron ocho radiotelescopios ubicados en distintas partes del mundo.


“Ahora tenemos la gran oportunidad para estudiar cómo se comporta el entorno, el plasma y la materia alrededor del agujero negro, algo que todavía no se entiende muy bien de esas energías que orbitan a su alrededor”, sostuvo Barraco y agregó que “lo novedoso y revolucionario hubiese sido que contrastaran con las teorías de Einsten”.


En la conferencia de prensa estuvieron, además de Lehner y Barraco, los especialistas Osvaldo Morascchi y Oscar Reula, quienes se encuentran participando de la conferencia internacional del GRG.


Por culpa de los accidentes nucleares y las bombas atómicas, los glaciares están radiactivos


Investigadores alertaron sobre residuos radiactivos derivados de accidentes nucleares civiles o de ensayos nucleares, atrapados en los glaciares del mundo que podrían liberarse por el derretimiento vinculado al calentamiento global.


Un equipo internacional de científicos analizó la presencia de residuos radiactivos en los sedimentos de superficie de los glaciares del Ártico, en Islandia, de los Alpes, del Cáucaso, de la Antártida y del oeste de Canadá.


Hallaron residuos radiactivos en los 17 sitios analizados, muchas veces con concentraciones 10 veces superiores a los niveles hallados en otros lados.Niveles elevados"Son los niveles más elevados medidos en el medio ambiente fuera de las zonas de exclusión nucleares", explicó Caroline Clason, de la universidad de Plymouth.


Resultado de imagen para glaciares radiactivos


Cuando los elementos radiactivos se desprenden a la atmósfera, caen en tierra por las lluvias ácidas, y pueden ser absorbidos por las plantas y los suelos.


Pero cuando caen bajo la forma de nieve y se instalan sobre el hielo, forman sedimentos más pesados, que se acumulan en los glaciares.


El accidente de Chernobyl en 1986 había provocado nubes radiactivas con cesio, que provocó luego lluvias ácidas y contaminaciones en Europa del Norte.


Lluvia y nieve radioactivas


"Cuando (los elementos radiactivos) caen bajo la forma de lluvia, como luego de Chernobyl, se evacúan, es un fenómeno puntual. Pero bajo la forma de nieve, esto queda en el hielo durante décadas, y con el derretimiento de los glaciares por el calentamiento, terminan en los ríos", continúa la investigadora.


Su equipo detectó algunos residuos de Fukushima, pero gran parte de los elementos desprendidos en este accidente en 2011 no se amontonaron aún en los sedimentos de los glaciares, señala.Bombas atómicasEn varios sitios los investigadores hallaron rastros de ensayos militares de armas nucleares.


"Son ensayos que comenzaron en los años 1950 y 1960, cuando se desarrollaba la bomba", indicó Caroline Clason.


"Al estudiar una muestra de sedimentos, vemos claramente un pico en el momento de Chernobyl, pero también un pico relativamente preciso alrededor de 1963, periodo intenso de ensayos nucleares".


Con el calentamiento y el derretimiento, la investigadora se alarma en particular por el ingreso a la cadena alimentaria de uno de los residuos potencialmente más peligrosos, el americio, que se obtiene con la degradación del plutonio y que tiene una media vida de 400 años (contra 14 años para el plutonio).


"El americio es más soluble en el medio ambiente y emite más radiaciones alfa", señala. Y aunque existan pocos datos sobre la contaminación de la cadena alimenticia, el americio es sin ninguna duda "particularmente peligroso", estima.


Esta actividad nuclear podría también convertirse en una de las marcas del antropoceno, la nueva era geológica generada con la llegada del ser humano a la Tierra. "Esto prueba que nuestra herencia nuclear no desaparece, sigue allí", resume Clason.

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