06/12/2018

Nacho hizo un entrenamiento distinto al de sus compañeros y le pegó a la pelota con calma. Parece difícil que pueda estar disponible contra Boca. Gallardo observó todo desde un costado y esperará por la evolución del delantero.


Fueron unos pocos minutos de entrada en calor con sus compañeros, una entrada en calor distendida y con algunos juegos grupales que despertaron los gritos y las risas de los jugadores. Ahí, con todo el grupo y con botines, estuvo Ignacio Scocco en su carrera contrarreloj para estar entre los 18 este domingo en el Bernabéu.


Enseguida, el delantero se alejó de sus compañeros y se fue a una de las áreas de una de las canchas del Centro de entrenamiento del Real Madrid. Junto al preparador físico Pablo Dolce y también con el kinesiólogo Jorge Bombicino -y otros ayudantes del cuerpo técnico-, empezó a hacer trabajos con pelota.


Muy livianos, pero trabajos con pelota al fin de cuentas. Al principio, Nacho elongó de manera constante ese gemelo derecho que se desgarró hace 15 días y después, realizó distintos movimientos que terminaron con remates al arco. Estos tiros, sin la potencia habitual ni nada por el estilo, primero fueron con la pierna izquierda para luego darle paso a la derecha averiada.


De manera constante, Scocco conversó y sonrió junto a los integrantes del cuerpo técnico con los que trabajo. Mientras tanto, Marcelo Gallardo observó todo desde un costado, junto a Matías Biscay y Hernán Buján.


Estas imágenes, inusuales en cualquier entrenamiento en Buenos Aires, fueron posibles de observar en el primer entrenamiento del plantel en Valdebebas. Una práctica en la que hubo trabajos especiales para Scocco, quien de todas formas la tiene muy complicada para estar a disposición este domingo contra Boca.

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