09/11/2018

Corría el 2003 cuando Miguel Ángel Morales decidió que las limitaciones de su cuerpo no serían una barrera para seguir cumpliendo sus sueños.


En 1975, el ex gendarme oriundo de Oberá había recibido un disparo que lo dejó cuadripléjico. Sin posibilidad de volver a desempeñarse dentro de la fuerza, Morales se propuso estudiar una carrera universitaria. Como una casualidad del destino, los desafíos de su nueva vida le presentaron un reto y a la vez una respuesta: estudiaría abogacía para defender los derechos de las personas discapacitadas.


Ayer, tras 15 años de formación, Morales se recibió de abogado. Con lágrimas en los ojos y la emoción a flor de piel, el hombre de 63 años agradeció al docente que desde Buenos Aires le tomó el último exámen de Derecho Internacional privado vía Skype. "Les agradezco a todos los que me han ayudado a que esto sea posible, que no es un final sino es un comienzo. Hoy termino una etapa de estudiante pero empiezo una más difícil que es la de profesional. No tengo palabras para poder expresar lo que siento", resaltó.


A su lado, su esposa Catalina y el resto de los profesores y trabajadores de la sede posadeña de la Universidad de Salta vivieron la graduación como un logro compartido.


Un largo camino


Miguel Ángel inició sus estudios de Derecho en la Universidad de Salta, debido a que le permitía cursar a distancia. Durante los primeros años, el hombre se trasladaba a Posadas y a Buenos Aires para poder rendir, hasta que las dificultades económicas lo llevaron a tener que menguar sus viajes y abandonar la facultad por no poder afrontar las cuotas.


Sin embargo, su fuerza de voluntad conmovió a las autoridades de la institución quienes decidieron becarlo para que pudiera lograr el tan ansiado título. Sin titubear, Miguel volvió a los libros.


El ejercicio del derecho


"Elegí estudiar derecho para ayudar a otras personas, para conocer mis derechos y para poder defender los derechos de otras personas que no tienen voz. Ese es mi sueño", aseveró Morales.


Según relató, su próximo paso una vez conseguida la matrícula habilitante será pedir a la empresa de colectivos urbanos de Oberá, Capital del Monte, que garantice la circulación de unidades preparadas para personas discapacitadas. "Esa va a ser mi primera pelea. La vengo peleando hace años y ni el Concejo Deliberante ni el Ejecutivo, ni la empresa cumplen", agregó el ahora letrado que en una oportunidad se postuló para ser defensor del Pueblo en su comuna.


 


 


Fuente: El Territorio

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