11/10/2018

En Final de equipos mixtos de Breaking del certamen que de disputa en Buenos Aires, el argentino Broly cayó junto a su compañera italiana Lexy ante la dupla de Srta. Carlota, de Francia, y X-Rain, de China, y se llevó la medalla de plata.


Un representante argentino sumó otra medalla, esta vez de plata, luego de la Final de equipos mixtos de Breaking de los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, donde Broly no pudo consagrarse campeón junto a Lexy, su compañera de Italia, y se quedaron con el seguido lugar.


En el primer turno de hoy, Lexy y Broly vencieron 4-0 (16-4) a la dupla de Srta. Carlota (Francia) y X-Rain (China) por los cuartos de final. Más tarde, en semifinales, enfrentaron y vencieron a Ella (Austria) y a Bumblebee (Rusia) 2-2 (12-8).


La final fue ante la dupla conformada por Ram (Japón) y B4 (Vietnam). Luego del 2-2, la medalla se definió por puntos donde el equipo el argentino cayó por 13-7.


La historia de película detrás de la medalla en Breaking


En el sitio de los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, Broly no es Mariano Carvajal: es Broly, a secas. Es un joven rionegrino de 18 años que alcanzó la final de la novedosa especialidad Breaking y que logró junto a su compañera, la italiana Lexy, la medalla de plata en la prueba mixta.


Pero una curiosidad se esconde detrás de las formalidades: la pasión por el break dance, danza urbana surgido en Nueva York y que hace en nuestro país su debut olímpico, Broly la heredó de su padre, quien comenzó a bailar en la década del ochenta, gracias a una película.


“Fue por una película que nos juntamos con el grupo que teníamos antes, en el año 84 u 85. Alquilamos una película y le dijimos al del video club si (el alquiler) podía ser por un mes, porque necesitábamos practicar lo que veíamos. El tipo no quería darnos la película pero fue ese fue nuestro inicio”, comentó Yovani Carvajal en diálogo con TyC Sports, aunque no especificó de qué película se trataba.


La sorpresa de Broly, seudónimo que adoptó en honor a un personaje de otras de las pasiones de su papá, el animé Dragon Ball Z, fue imposible de ocultar.


“No conocía esa historia y ahora que lo escucho, caés de otra manera. Estar en un juego olímpico y que todo haya salido de una película, es loco”, manifestó el joven patagónico, que comenzó a bailar a los 4 años y que hoy estuvo a un paso de bañarse de oro, privilegio que quedó para la japonesa Ram y el vietnamita B4.

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