03/10/2018

Al exponer un informe de gestión en la Cámara de Diputados, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, enfrentó duras críticas de la oposición al Presupuesto 2019 y uno de los más enfáticos fue el legislador del kirchnerismo Axel Kicillof quien pidió que el Gobierno lo "rehaga" porque el proyecto "nació muerto".


Todos los legisladores del Frente para la Victoria recibieron al ministro coordinador con carteles que pedían "rehacer" el Presupuesto, un reclamo que vienen formulando en los últimos días ante lo que consideran una "inconsistencia" en las estimaciones de ingresos y egresos.


Luego, varios de los discursos de los diputados kirchneristas machacaron con ese reclamo, pero Peña fue tajante al destacar la "coherencia" y "los valores correctos" que a su entender plasma la redacción actual del plan de erogaciones e ingresos del Poder Ejecutivo.


"Ratificamos el presupuesto enviado. Creemos que tiene coherencia, los valores correctos para poder encarar este camino hacia el equilibrio fiscal que necesitamos como país. Nos va a permitir reducir nuestra vulnerabilidad de financiamiento externo", fundamentó el funcionario.


Destacó las "medidas adoptadas para ordenar la economía" y consideró que la prioridad del gobierno es el "cuidado social que ejerce este presupuesto y la profundización del federalismo".


Peña reconoció que se trata de un presupuesto "austero", pero valoró que dentro de esos límites se hayan definido "prioridades claras", como por ejemplo la ponderación que tiene el gasto social para "cuidar a los sectores más vulnerables".


"El gasto social o inversión social representa el 77 por ciento del gasto primario en la propuesta de nuestro presupuesto, creciendo del 65 por ciento que representaba en el 2015. Eso es algo necesario o valioso porque cuida a los sectores más vulnerables", enfatizó.


Resaltó que "en este primer mandato de Cambiemos vamos a poder terminar las reformas estructurales para tener una economía que nos permita crecer de forma sustentable".


Fue luego de que el diputado kirchnerista Axel Kicillof le planteara que de acuerdo a las estimaciones plasmadas en el Presupuesto, el Gobierno va a finalizar su mandato con "un saldo de gestión malísimo".


 Al respecto, indicó que según esas proyecciones la administración macrista terminará con una inflación del 333%, una depreciación del peso en un orden del 217%, una caída del PBI pér capita de 6 puntos, y una deuda que será equivalente "como mínimo al 100% del PBI".


El ex ministro de Economía de Cristina Kirchner fue uno de los más vehementes en su crítica al proyecto oficial, del cual dijo que "nació muerto" y que "es un dibujo".


Peña recalcó que a su juicio todos los sectores políticos deberían "estar de acuerdo en la búsqueda de un equilibrio fiscal, porque genera una economía más estable y reduce la vulnerabilidad de shocks externos".


 En ese sentido, elogió el "trabajo de conjunto que se ha logrado con los gobernadores" en el marco del acuerdo por la adenda fiscal.


El funcionario puso el foco en la proyección del dólar y al respecto aclaró que "la zona de no intervención cambiaria que hemos propuesto en nuestra actual política monetaria no fija un precio futuro, sino justamente una zona donde no interviene el Banco Central (de 34 a 44 pesos)".


"Con lo cual es un error pronosticar en base al valor superior de ese número", puntualizó.


En este sentido, agregó: "Estamos seguros que el régimen de tipo de cambio flotante es lo que nos permite absorber estos shocks".


Al responder las consultas de los diputados del bloque Justicialista, el ministro defendió la política sobre tarifas energéticas, que genera reajustes periódicos en los valores que pagan los usuarios.


"No sólo ha habido una depreciación del peso sino también un aumento muy importante del petróleo en las últimas semanas. Es un elemento que no podemos obviar. Más allá de que pueda haber un esfuerzo compartido, al final del día es un problema que se va acumulando, sería como a barrer la basura debajo de la alfombra", argumentó.
 

DEPORTES