14/09/2018

El socialista Pedro Sánchez tuvo que salir a defenderse enérgicamente, acusado de haber plagiado su tesis doctoral. Dijo que hoy la hará pública y habló de un “complot” de la oposición.


El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, se defendió enérgicamente ayer tras ser acusado de haber plagiado su tesis doctoral, cuando España vive un escándalo por títulos sospechosos obtenidos por varios políticos, entre ellos el líder de la oposición conservadora Pablo Casado.


Las acusaciones “que sostienen la existencia de plagio en la redacción de mi tesis doctoral son rotundamente FALSAS. Emprenderé acciones legales, en defensa de mi honor y dignidad, si no se rectifica lo publicado”, tuiteó Sánchez.


El mandatario reaccionó así ante informaciones de dos medios conservadores, el diario ABC y el digital OKdiario, que lo acusaron de plagiar su tesis doctoral copiando a otros economistas e informes del gobierno.


Poco después, en un comentario en Facebook, añadió que la tesis “se abrirá en su totalidad a lo largo del día de mañana” (por hoy viernes), y reiteró que ha recibido acusaciones “sin pruebas”.


“El problema es que quienes gobernaban hace cien días no han asumido que hoy son oposición”, añadió refiriéndose al Partido Popular de Casado y del ex presidente Mariano Rajoy, derribado por una moción de censura a comienzos de junio.


La polémica estalló el miércoles, cuando el líder del partido liberal Ciudadanos, Albert Rivera, improvisó en el Parlamento una pregunta dirigida a Sánchez para conminarlo a que publique su tesis. “Hay dudas razonables sobre la publicación de su tesis doctoral”; “haga usted pública su tesis” en internet, le lanzó.


“La tesis está publicada conforme a la legislación”, le replicó el presidente, con el semblante duro y visiblemente enojado.


La universidad privada Camilo José Cela confirmó, tras una revisión, “la normalidad del proceso” de evaluación de la tesis “de acuerdo a la normativa vigente y a los protocolos de verificación y control habituales en el ámbito universitario”.


Sánchez, licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, defendió su tesis sobre “innovaciones de la diplomacia española” en noviembre de 2012 en dicha universidad.


En la base oficial de datos de tesis doctorales, Teseo, puede consultarse la composición del tribunal y un breve resumen, pero no el documento en sí, un flanco por el que le han llovido las críticas y las presiones en las últimas horas.


Cristina Monge, profesora de ciencias políticas en la Universidad de Zaragoza, explicó no obstante que es normal no divulgar una tesis cuando luego se quiere publicar un libro sobre la materia tratada, como efectivamente hizo Sánchez. Por eso, cree que el caso de Sánchez “no tiene nada que ver” con el de Pablo Casado, quien obtuvo un máster en condiciones ventajosas en la universidad Rey Juan Carlos.


Allí estudiaron también Cristina Cifuentes, ex presidenta conservadora de la región de Madrid, y la última víctima del “mastergate”, la ministra de Salud de Sánchez, Carmen Montón, que renunció el martes. Ambas fueron acusadas de graves irregularidades en sus titulaciones.


“Hay inquietud social” ante el trato de favor que dejan traslucir los casos anteriores, estimó Monge.


“Muchos padres de muchos estudiantes están pagando mucho dinero (para pagar esos posgrados), y esto genera una sensación de agravio muy importante en la clase media, que son votantes de Ciudadanos y PP”, añadió Monge.


“De momento es munición política” este tipo de acusaciones, que no se pueden hacer “por las buenas hasta que no haya una certeza absoluta”, destacó Paloma Román, profesora de ciencias políticas en la Universidad Complutense de Madrid.


Román considera que la profusión de estas polémicas obedece a un cambio cultural en la política española, en virtud del cual se está dando “una actualización de temas por los cuales se puede exigir una dimisión”. Aunque dicho cambio, observa, se está dando de forma vertiginosa: “lo que está pasando es: disparo primero y pregunto después”.


Por el momento, el propio Pablo Casado, que alcanzó la presidencia del Partido Popular en julio pese al lastre de esta controversia, ha guardado perfil bajo.


Este mes, el Tribunal Supremo debe decidir si lo investiga por un presunto delito de prevaricación en la obtención de su máster en Derecho Autonómico en 2008, cuando era diputado del PP en el Parlamento de la región de Madrid.


Casado, de 37 años, prometió “renovación” cuando reemplazó el 21 de julio como presidente del PP a Rajoy, apartado de la presidencia del gobierno español mediante una moción de censura a causa de los casos de corrupción en su partido.


Pero la jueza Carmen Rodríguez-Medel, en Madrid, sospecha que Casado puede ser culpable de “prevaricación administrativa y cohecho impropio” por haber obtenido un máster en Derecho Autonómico en la universidad pública Rey Juan Carlos en 2009 sin ir a clases ni aprobar exámenes. Casado admitió no haber ido a clases y dijo que obtuvo su diploma presentando “unos trabajos”. Pero la jueza dijo no haber encontrado ningún “rastro documental” de esos trabajos en la universidad.

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