08/09/2018

La aponesa Naomi Osaka de 20 años se consagró campeona del Abierto de Estados Unidos al derrotar por 6-2 y 6-4 en una polémica final a una frustrada Serena Williams, que llamó "ladrón" al juez de silla y fue penalizada con la pérdida de un juego.


Osaka, de 20 años, pasó por encima de su rival por 6-2, 6-4 en apenas una hora y 20 minutos en un encuentro en el que la pequeña de las Williams recibió una amonestación en el segundo juego del segundo set por presuntamente recibir órdenes de su entrenador y fue penalizada con un juego tras el séptimo al llamar "ladrón" al árbitro portugués Carlos Ramos.


"No hago trampas para ganar, prefiero perder", le dijo primero Serena al juez de silla luego de ser advertida cuando cedía 15-40 en el segundo "game".


Tras varios intercambios dialécticos entre juegos, Williams le exigió a Ramos que le pidiera disculpas por su advertencia y, al no hacerlo, le llamó "ladrón" por "robarme un punto".


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Así, el referee decidió sancionarla con la pérdida de un juego, pasando de ceder 3-4 la segunda manga a 3-5 en un abrir y cerrar de ojos.


Entonces, la estadounidense exigió la intervención de un supervisor arbitral, deteniendo el encuentro varios minutos. "Esto no es justo, esto no está bien. Esto es increíble", lamentó, entre lágrimas.


"Nunca más vas a volver a arbitrarme. Nunca", continuó.


Tras la reanudación, Williams ganó su saque pero Osaka no le dio opciones y acabó venciendo en una final en la que fue superior desde el principio.


Ganó el futuro


En un encuentro entre dos generaciones, entre el presente y el futuro del tenis mundial, la japonesa levantó el primer título de Grand Slam para una tenista de su país.


Hizo historia en la Arthur Ashe de Nueva York ante una leyenda del deporte, que buscaba igualar a la australiana Margaret Court como la tenista más condecorada de todos los tiempos con 24 Grand Slams. Tendrá con esperar, al menos, hasta el Abierto de Australia, con 37 años.


Porque este sábado, Osaka, de solo 20, recordó a la versión post-adolescente de Serena.


Dominó con su saque, controló con su resto y firmó varias derechas solo al alcance de la familia Williams.


Ambas se habían enfrentado únicamente en Miami, poco después de que la estadounidense reapareciera en el circuito tras ser madre.


La japonesa no tuvo piedad y ganó 6-3, 6-2. En Flushing Meadows, tampoco.


Osaka le quebró el saque en el tercero (2-1) y también en el quinto (4-1) y, tras poco más de media hora, ya había logrado la primera manga.


La segunda, en cambio, estuvo marcada por la polémica. Williams firmó una ruptura temprana, devuelta deprisa por su contrincante y, tras ser penalizada con el octavo juego (5-3), bajó los brazos y cedió el cetro a la japonesa, reconocida admiradora suya.


Serena Williams fue multada con 17 mil dólares


La WTA denunció un doble moral en el arbitraje en los partidos masculinos y femeninos, luego de que Serena Williams fuera multada con 17.000 dólares por la Asociación de Tenis de Estados Unidos por su polémico comportamiento en la derrota ante la japonesa Naomi Osaka en la final del US Open.


Serena acusó más tarde en conferencia de prensa al juez de silla portugués Carlos Ramos de haber tomado una decisión "sexista" luego de sancionarla con un juego (2-6, 3-5 en ese momento) tras recibir tres warnings, el último de ellos por llamarle "mentiroso" y "ladrón".



La norteamericana recibió una primera advertencia por recibir órdenes de su entrenador, una segunda por romper una raqueta y la tercera por dirigirse en esos términos al árbitro, que no recibió el tradicional trofeo que se les entrega a los jueces después de la final.


"He visto a otros hombres decir otras cosas a los jueces de silla. Estoy aquí luchando por los derechos de la mujer, por la igualdad de la mujer. Siento que, llamarle ladrón y ser penalizada con la pérdida de un juego por ello es una decisión sexista. Nunca le ha quitado un juego a un hombre por llamarle ladrón", apuntó ante los medios.


"Ayer también trajo a la primera plana la cuestión sobre si se aplican diferentes estándares entre hombres y mujeres a la hora de arbitrar partidos. La WTA cree que no debería haber diferencias en los estándares de tolerancia a la hora de que los hombres y las mujeres expresen sus emocionoes y estamos comprometidos en trabajar con el deporte para asegurar que todos los jugadores son tratados igual. No creemos que eso ocurriera la pasada noche", explicó el organismo en un comunicado.


"También pensamos que el problema del coaching debe ser abordado y permitido en el deporte. La WTA apoya las órdenes de los entrenadores en pista en sus normas (en algunos casos) pero se necesita una mayor revisión", agregó el estamento.


Ramos había advertido primero a Serena al ver que su entrenador, el francés Patrick Mouratoglou, le hacía señas con las manos, por lo que tendrá que pagar 4.000 dólares.


"No hago trampas para ganar, prefiero perder", le dijo ella cuando cedía 15-40 en el segundo juego del segundo set tras perder 2-6 en la primera manga.


Poco después, tras perder el quinto juego con su saque (3- 2), tiró la raqueta contra el suelo, provocando una segunda advertencia, un punto menos en el sexto "game" y ahora una multa de 3.000 dólares.


Serena se retiró a su rincón y siguió discutiendo con el réferi hasta que en el séptimo juego, tras ir por detrás 3-4, explotó.


"Has atacado mi carácter, esto está mal (...) Me debes una disculpa (...) Eres un mentiroso. Eres un ladrón, me has robado un punto", gritó muy enfadada, para amenazar después. "Nunca más vas a volver a arbitrarme. Nunca", añadió.


El juez de silla decidió entonces sancionarla de nuevo, en este caso con la pérdida del octavo juego al ser advertida por tercera vez, teniendo que hacer frente además a una multa de 10.000 dólares por violar el código de conducta.


Así, Osaka se convirtió en la primera japonesa en ganar un Grand Slam, al imponerse a Serena por 6-2, 6-4 en un encuentro marcado por el polémico comportamiento de la jugadora local.


 

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