22/07/2018

Inquietud, malestar e incertidumbre se combinan ante la posibilidad de un pronto despliegue de soldados en la frontera norte del país, como se estima sucederá en Misiones, con el fin de ayudar a combatir el narcotráfico.


Según pudo saber El Territorio, pidieron al Ejército Argentino estar preparado en caso de disponerse el traslado de efectivos para cumplir acciones en esta zona de la frontera, función que en la actualidad es competencia de Gendarmería Nacional.


Para mañana se espera que el presidente de la Nación, Mauricio Macri, además de hablar sobre diversos temas, se refiera al despliegue de tropas.


Hasta el momento de elaborarse este informe, la intención era iniciar esta acción a partir del 1 de agosto, es decir, en diez días.
El ministro de Defensa, Oscar Aguad, había afirmado en junio que el Ejército “colaboraría con las fuerzas de seguridad, principalmente en logística y en vigilancia estratégica, en la lucha contra el narcotráfico”.


Esta semana el diario Clarín, al adelantar que Macri anunciará el lunes “una profunda reconversión” de las Fuerzas Armadas que incluirá una nueva definición legal del rol militar en la democracia, detalló además que el Gobierno empezará el 1 de agosto el anunciado redespliegue militar con el envío de la primera parte de 3.000 efectivos del Ejército a Misiones, con base en Eldorado, a fin de lanzar un nuevo operativo Escudo Norte.


Ese día, según la misma fuente, se desplegarán los primeros 500 oficiales, suboficiales y soldados con la idea de completar la cifra en unos meses más.


El redespliegue permitirá, por otro lado, que unos 1.000 gendarmes y prefecturianos puedan ser movilizados al Gran Buenos Aires y otras zonas urbanas para cumplir tareas de seguridad.


Por lo que pudo saber este matutino, tal situación está generando un gran malestar entre los efectivos de Gerdamería Nacional, que ya habían sido trasladados con anterioridad al conurbano bonaerense.


Además, de los 500 militares, radares y recursos logísticos se tomarán cuatro aviones de entrenamiento avanzado Texan de la Fuerza Aérea para sumarlos al operativo, afirmaron fuentes militares a Clarín.


De mismo modo, en forma reciente, Infobae afirmó que  Macri ya ha ordenado el traslado de 500 soldados en la frontera norte de la Argentina para el 1 de agosto, y que unos 3.500 más lo harían en los próximos meses.


La orden al Ejército


Según fuentes consultadas esta semana por El Territorio, efectivamente “se mantiene la orden o intención de desplegar las fuerzas a partir del 1 de agosto”. Las demás órdenes vendrían tras el discurso que se espera realice mañana el presidente Macri.
Funcionarios de la administración de Macri indicaron que el despliegue de tropas no contradice a la ley que limita las funciones del Ejército a la protección del país frente a las amenazas externas de otros estados y prohíbe terminantemente que desempeñe funciones de seguridad.


La Gendarmería, la institución encargada de vigilar las fronteras de la Argentina, aumentó su presencia en los límites del país con Bolivia y Paraguay después de que el presidente Macri estableciera la lucha contra las organizaciones criminales como una de sus prioridades.


Una mirada externa


También se ocupó del tema InSight Crime, la fundación dedicada al estudio de la principal amenaza a la seguridad nacional y ciudadana en Latinoamérica y el Caribe, como es el crimen organizado.


Desde esa publicación indicaron que quienes se oponen al despliegue de soldados en la frontera dicen que este es un primer paso hacia la militarización y advierten sobre el impacto negativo que este tipo de políticas han tenido en otros países de la región (ver La experiencia que tuvo México…).


“La sola propuesta de modificar el papel del Ejército ha generado alarma en el país, donde existe una profunda desconfianza en la institución, así como en la estrategia de seguridad de la administración Macri, cuyos principales pilares consisten en vigilar las fronteras, encarcelar a delincuentes comunes y aumentar las incautaciones de drogas”.


InSight Crime recordó que informó anteriormente que la falta de controles efectivos en la frontera norte de la Argentina ha permitido el ingreso de drogas, armas y otros bienes ilícitos al país, así como su circulación dentro de éste con relativa facilidad. Esto ha contribuido a que la Argentina pase de ser una zona de tránsito para convertirse en un país consumidor e incluso productor de drogas ilegales.


La respuesta de la administración Macri ante esta situación ha consistido en enviar más agentes a la frontera.


El argumento oficial señala que la sola presencia de las fuerzas de seguridad puede disuadir a las organizaciones criminales de establecer presencia en municipios pobres ubicados en la frontera, que son fácilmente explotados por dichas organizaciones, pero muchos expertos están en desacuerdo con este análisis.


Señalan que el Ejército no está entrenado para este tipo de estrategia de seguridad. Dicen además que la Argentina no tiene por qué recurrir a las Fuerzas Armadas, pues el país ya cuenta con una Gendarmería, que es una fuerza policial militarizada encargada de la seguridad interna.


Investigadores


Rut Diamint, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), afirma que el énfasis se debe poner en la manera como el Gobierno lucha contra el crimen organizado.


“La Argentina está enfrentando una amenaza del siglo XXI con modelos del siglo XIX”, dijo en diálogo con InSight Crime.
“El país ya no es sólo un punto de tránsito, sino además un lugar donde se consumen drogas y se organizan grupos criminales, aprovechando la ausencia de regulaciones y la corrupción en las fuerzas de seguridad. Lo que se requiere es que el Gobierno defina qué recursos se necesitan para enfrentar las nuevas amenazas que se le presentan”.


Los expertos señalan además que la estrategia militarizada ha demostrado ser contraproducente en toda la región y que no hay ninguna evidencia de que será efectiva en Argentina.


Lancha artillada llega a Misiones


La Prefectura Naval Argentina adquirió modernas lanchas artilladas, que incorporó a sus filas para la lucha contra el narcotráfico en toda la región, en especial en la amplia franja fronteriza que existe con el vecino país del Paraguay. Se trata de embarcaciones de la clase Shaldag adquiridas a Israel. Su base se ubicará en Posadas y estará destinada al patrullaje en un sector asignado entre las ciudades de Corrientes y Puerto Iguazú.


De acuerdo con los informes técnicos, entre las características principales de los navíos se destaca su velocidad, unos 48 nudos (90 kilómetros por hora), y el poder de fuego que aporta la ametralladora pesada calibre 50 instalada en la proa. Se espera que la entrega se concrete oficialmente en las próximas esta semana a Misiones. La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, en diálogo con Canal 12, había adelantado que el gobierno nacional entregará a la Provincia la embarcación de alta tecnología para fortalecer la lucha contra el narcotráfico en Misiones. Ayer, la embarcación se dirigía desde Itatí a Posadas.



La experiencia que tuvo México con la Armada


En México, por ejemplo, la controvertida Ley de Seguridad Interior de 2017, que codificó la capacidad de las fuerzas armadas para intervenir en asuntos de seguridad interna, no ha logrado detener la violencia.


Por el contrario, 2017 ha sido el año más violento del país en la historia reciente, y las cifras de 2018 no parecen indicar que la situación será mejor este año. Se preguntan por qué entonces la administración Macri está a favor de una estrategia militarizada para combatir el crimen organizado. Jorge Battaglino, profesor de política latinoamericana en la Universidad de Essex, dice que la respuesta a esta pregunta puede tener que ver con las relaciones de Argentina con Estados Unidos -clave para la política exterior de la administración Macri-. “Estados Unidos siempre ha propuesto que los militares se conviertan en policías y contribuyan a combatir el narcotráfico y el terrorismo. Por lo tanto, si Argentina decide militarizar su seguridad pública, puede acceder a muchos programas de Estados Unidos”, le dijo Battagliano a Insight Crime. En el mes de mayo, el jefe del ejército, brigadier general Claudio Pasqualini, dijo que “el ejército no puede -debido a una serie de normas y regulaciones-, llevar a cabo funciones de seguridad. Este tipo de cambios requeriría cierto tiempo”, señaló.



La Policía sigue batiendo records de incautaciones


La Policía de Misiones, a través de la actual gestión de gobierno y autoridades que se hicieron cargo en enero de 2016, vienen llevando a cabo una intensa tarea y múltiples operativos que permitió superar cada año las incautaciones de drogas.


Fue uno de los pedidos planteados por el gobernador Hugo Passalacqua al ministro de Gobierno, Marcelo Pérez, y ejecutado en forma conjunta con el jefe de  la Policía, Manuel Cespedes.


Los resultados son alentadores. Así se observa, en cuanto a la cantidad de secuestros de marihuana en 2015, que totalizó 1.027 kilos, para pasar en el 2016 a 15.266 kilogramos, en el 2017, se elevó  a 20.944 kilos incautados y en lo que va del año 11.609 kilogramos.
 
Lo mismo sucedió en igual período con la cantidad de detenidos por el secuestro de este y otros estupefacientes, como cocaína, anfetaminas, ketamina, hachís, pedra crack.


 En el 2015 fueron apresados 50 personas, en el 2016 se elevó a 460 detenidos, en el 2017 en total 363 y en lo que va del año ya se elevó a 246 detenidos.


A estos datos estadísticos deben sumarse la incautación de vehículos, cigarrillos, armas de fuego, celulares, binoculares, plantines de marihuana, entre otros.


Esto hizo que también se elevara el aforo, es decir los montos que implicaron dichas incautaciones. 


En 2015, se elevó a 1.900.370 pesos, al año siguiente pasó a 132.769.495 pesos y en el 2017, un total de 437.899.701 pesos.
En lo que va de este año, el valor total de los productos secuestrados se eleva a 302.139.322 pesos.


1.027
Kilos de marihuana. En 2015, se incautaron además 87 gramos de cocaína, dos vehículos (camionetas); representó un total de 1.900.370 pesos de aforo.


15.266
Año 2016. A esa cantidad de cannabis, se suman casi seis kilogramos de cocaína y 218 gramos de pedra crak. Se añaden 65 unidades de pastillas de efedrinas, 16 armas de fuegos.


20.944
En 2017. Además de la marihuana, fueron incautados más de trece kilogramos de cocaína, 9.800 dosis de ketamina y 265 gramos de pedra crak y 31 armas de fuego, entre otros.


11.609
Ciclo actual. En lo que va del año, la Policía logró secuestrar seis kilogramos de cocaína, incautó 20 dosis de ketamina, entre otros elementos. Con ello el aforo se elevó a 302.139.322 pesos.


Antonio Villalba
Por Antonio Villalba
avillalba@elterritorio.com.ar


 


Fuente: El Territorio

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