09/07/2018

En su primer tedeum desde que está al frente del arzobispado de La Plata, monseñor Víctor Fernández le pidió este lunes al presidente Mauricio Macri que vete la ley de aborto en el caso de que sea aprobada en el Senado.


El prelado, en presencia de la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y el intendente platense Julio Garro, invitó al jefe de Estado a imitar al presidente uruguayo Tabaré Vásquez, quien en 2008 vetó la ley de despenalización del aborto.


La ceremonia en la Catedral de La Plata tuvo un fuerte contenido militante, especialmente en el cierre cuando muchos jóvenes que ingresaron con pañuelos y globos celestes comenzaron a corear consignas en contra de la interrupción voluntaria de embarazos.


La intervención del arzobispo platense marcó un giro en lo que respecta al rol de la Iglesia en torno a la campaña contra el aborto, que antes de la media sanción en Diputados había sido más tibio.


"La idea (de la homilía) era la defensa de los más débiles, de los más frágiles y en este concepto hablar del aborto. No era sólo la cuestión de la vida como ser, sino de la vida más abandonada y en este contexto plantear el tema del aborto", indicó Fernández al cabo de la ceremonia.


El prelado también se mostró muy crítico respecto de los lineamientos generales de la política económica de la gestión de Cambiemos, y cuestionó la teoría del derrame al hacer referencia a "fortunas que gotean como migajas que caen de la mesa de los ricos".


"Siempre dicen que confiando en este sistema tarde o temprano nos va a ir bien. Lo que pasa es que la economía no funciona de manera matemática, que haciendo esto se logra aquello. Siempre aparece una variable inesperada y el que las paga es el de abajo", enfatizó.


Y agregó: "Llega una devaluación y a la gente se le vuelve a licuar el sueldo, viene el corralito y otra vez pierde adquisitivo su salario. Hay una crisis de hipotecas en Estados Unidos y otra vez lo pagamos todo sobre todos los pobres. No es que vamos a seguir los dogmas del liberalismo y que todo va a ir bien porque en unos años puede estar todo mal y la pagan los de abajo".


“Hay una persecución de los que tienen fe”


La Virgen de Itatí fue venerada en su día en un contexto de incertidumbre social y económica.


“Pedimos trabajo para los desempleados, salud para los enfermos y agradecemos por quienes conservan su empleo y tienen comida sobre la mesa”, dijeron los fieles que caminaron ayer  junto a la imagen de la Virgen del Litoral, desde la Catedral posadeña hasta la parroquia Nuestra Señora de Itatí, en calle Herrera 5762.


Un agradecimiento mayúsculo a la Virgen de Itatí


En la procesión bajo la fría llovizna de la mañana, los cánticos y demostraciones de fe en honor de la reina del Paraná y patrona de la Diócesis de Posadas fueron en petición de los pobres, que son los que más sufren el encarecimiento del costo de vida.


Ángela López, de San Onofre, es devota de ‘la de Itatí’, “todos los años vengo y también voy a Itatí en diciembre, como sea junto la plata para poder ir y agradecer por lo que tenemos y pedir por la gente que está sufriendo”.


Liliana Balmaceda, docente del Instituto Virgen de Itatí, expresó: “Venimos en familia a dar gracias por tenerla en nuestra vida y por lo que tenemos, pedimos también por los que menos tienen”.


Por su parte, Mario Ojeda, desempleado de Itaembé Miní, confió el motivo de su plegaria: “Le pido a la Virgen un trabajo para llevar el pan a la mesa, estamos pasando muy mal, muy, muy mal”.


La peregrinación se desconcentró en la puerta de la iglesia. Allí presidió la misa el obispo Juan Martínez, que en la homilía llamó a reconocer a María en sus distintas advocaciones, porque cada una de ellas es madre de Dios y vino a fortalecer la fe.


“La advocación de la de Itatí es venerada en todo el NEA, en Misiones tenemos a la Virgen de Loreto, patrona provincial. La de Itatí está a la vera del Paraná desde 1615 y desde entonces el pueblo siempre le demostró su amor y devoción y es patrona de nuestra diócesis”.


Indicó que “la Iglesia en 2.000 años fue transitando distintas situaciones -a veces mejores y otras peores-; hoy es bueno mirarla a María, la que le dijo que sí a Dios y se convirtió en madre de Jesucristo”. Advirtió que “el tiempo no se presenta fácil, es una época de un fuerte secularismo, de un ‘sindiós’ planteado explícitamente en nuestra Argentina. Hay pequeños sectores de elite, minoritarios, que dicen una Argentina sin Dios”.


Consideró, a 202 años de la Independencia declarada en Tucumán, que “quieren borrar a Dios, pero borrar a Dios es eliminar la historia y eso no se puede. Nuestro país siempre estuvo ligado a la fe, desde su origen. Ese 9 de julio, cuando se declaró la Independencia en el Congreso de Tucumán, entre los presentes había varios sacerdotes y apenas se firmó la Independencia pidieron celebrar la misa, pero esto se omite hoy”.


En otro tramo de su explicación, el obispo remarcó: “Esta mirada tan atea, tan agnóstica, que quiere eliminar a Dios, saca también los valores: el valor de la vida, la familia, la justicia, la solidaridad. Este sector ateo tiene poder, está instalado en los medios de comunicación e indirectamente de alguna manera, es como una persecución a los que tienen fe”.


Además, se refirió a la oración que debe hacer la comunidad de la Iglesia para evitar que “una ley permita quitar vidas inocentes, esta locura que estamos viviendo de que se pueda matar a un niño por nacer, estamos pidiendo, implorando para que toda vida valga”. Pidió a su congregación responder ante esto “con amor, con servicio, con evangelización. Debemos estar con los que más necesitan, con los niños indefensos por nacer que son los más inocentes y acompañar en todas las formas de necesidades, esa es la forma del amor misericordioso al que nos lleva María”.


Las fiestas patronales también tuvieron serenata el domingo, con el padre poeta Julián Zini, Joselo Schuap, entre otros. Mientras, ayer hubo venta de platos típicos.


 


 


Fuente: Télam - El Territorio

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