05/06/2018

Condenaron las elecciones de mayo donde fue reelecto Maduro y consideran la situación en el país caribeño peligrosa para el Continente. Desde Caracas rechazaron los argumentos y pidieron salir del organismo


Seis países del Grupo de Lima, entre ellos Argentina, y Estados Unidos impulsaron ayer una resolución para iniciar el proceso destinado a suspender a Venezuela de la Organización de Estados Americanos (OEA), un argumento que Caracas tacha de “ridiculez” porque ya está casi fuera del organismo por voluntad propia.


Venezuela protagonizó el primer día de la Asamblea General, el foro político más importante de la OEA, que se celebra hasta hoy en su sede en Washington.


Dicha Asamblea aprobó ayer incluir en su agenda el tema de la “situación en Venezuela”, mientras que, entre bambalinas, Estados Unidos y los países del Grupo de Lima consensuaron un proyecto de resolución que recoge un párrafo para iniciar el proceso de suspensión.


La resolución, cuyo texto se hizo ayer público, condena las elecciones del 20 de mayo, en las que fue reelegido como presidente Nicolás Maduro, y abre la puerta para convocar una Asamblea General extraordinaria en la que se votaría la suspensión de Venezuela, lo que podría dilatarse en el tiempo.


En esa sesión extraordinaria se necesitarían los votos de 24 países, es decir, dos tercios de los miembros de la OEA (aunque Cuba no participa desde 1962) para dar luz verde a la medida, después de la aprobación de la resolución.


Dos fuentes diplomáticas dijeron a que los impulsores de la iniciativa ya tienen el respaldo de 18 Estados para aprobar la resolución. Según precisaron a Efe otras fuentes diplomáticas, los 18 países que apoyan la resolución son Jamaica, Bahamas, Barbados, además de los ya confirmados, es decir, EE.UU. y los 14 miembros del Grupo de Lima.


De hecho, esa resolución fue presentada formalmente por Estados Unidos y seis integrantes del Grupo de Lima (Argentina, Brasil, Canadá, Chile, México y Perú).


Su aprobación serviría para establecer el criterio de legalidad y legitimidad del continente americano con respecto al Gobierno de Nicolás Maduro y, dependiendo de su alcance, podría llevar a cambios en las relaciones diplomáticas, imposición de sanciones y restricción de visados.


“Si se logra aprobar la resolución se abriría una nueva etapa con medidas que podrían ser de carácter diplomático y medidas económico financieras”, detalló en una rueda de prensa Roberto Ampuero, el ministro de Relaciones de Exteriores de Chile, uno de los países más críticos con el Ejecutivo de Maduro.


Antes de Chile, el secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, exigió durante su intervención ante la Asamblea General la imposición de sanciones y urgió al resto de países de la OEA a suspender a Venezuela para “respaldar sus palabras con acciones” y enviar un “mensaje” sobre democracia al Gabinete venezolano.


Venezuela solicitó dejar la OEA en abril de 2017, aunque su salida no se hará efectiva hasta 2019. No obstante, su suspensión tendría un gran contenido simbólico.


El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, se burló de la iniciativa y la tachó de “ridiculez”.


“Estamos contando los días para retirarnos de esta organización”, aseguró el canciller ante la Asamblea General.


Posteriormente, convocó una rueda de prensa en la que describió la situación de Venezuela como un “preaviso”, similar al de cualquier empleado que alerta a su jefe de que va a abandonar la empresa.


“Nos retiramos. Nos vamos. Esas pretensiones, que si expulsión o suspensión, por favor... Nosotros ya nos fuimos”, señaló Arreaza al recordar que esta será la última Asamblea General en la que participará su país.


El canciller fue especialmente beligerante con la delegación de Estados Unidos, en concreto con Pompeo, de quien dijo no querer referirse a él como “el dueño del circo”, pero al menos sí como “el director ejecutivo de la corporación de países” que constituye la OEA.


Arreaza manifestó su oposición a que se aprobara en la agenda de la Asamblea “la situación de Venezuela” sin consentimiento del propio Gobierno venezolano y denunció que un “asunto interno” se convirtiera en el tema central del foro interamericano. Hoy se debatirá en la Asamblea la resolución sobre Venezuela, así como una declaración “de apoyo al pueblo nicaragüense” presentada por EE UU a raíz de las violentas manifestaciones que vive ese país


Al mismo tiempo, las excarcelaciones de los considerados presos políticos en Venezuela cesaron ayer luego de tres días de liberaciones en el marco de un proceso de pacificación anunciado por el Ejecutivo y cuestionado por la oposición, que llamó a retomar las protestas callejeras este viernes.


El presidente Nicolás Maduro, la oficialista Asamblea Nacional Constituyente (ANC) -un suprapoder señalado de fraudulento- y los mediadores de este proceso de reconciliación no anunciaron este lunes ninguna medida de beneficio para los casi 400 “presos políticos” que siguen existiendo en el país según la oposición.


Lo que sí hizo Maduro fue decir que concedía el perdón al casi centenar de personas excarceladas en los últimos días dentro de un proceso que, opinó, “marcha en una dirección justa”, por lo que pidió “la compresión y el apoyo de todo el país”.


“Yo los perdono. Creo que el perdón es necesario para avanzar en un estado superior del espíritu nacional”, dijo el mandatario durante una reunión con las autoridades del gobernante Partido Socialista Unido (PSUV) en Caracas.


Negó que se trate de presos políticos sino de “medidas de beneficio y libertad hacia los actores políticos involucrados en la violencia” y en hechos que, aseguró, buscaban derrocar la revolución bolivariana que lidera.


“A mi contrincante, al más violento de todos, al que salió a tirar piedras, al que salió con un fusil y llamó a derrocar el gobierno una y mil veces presidente le digo vamos a la política, vamos a la paz”, prosiguió.


 


Fuente: AFP - EFE - AP

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