07/04/2018

El líder del PT logró salir del Sindicato de Metalúrgicos, en las afueras de San Pablo, en medio de escenas de tensión.


El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva fue trasladado en avioneta por la Policial desde San Pablo hacia Curitiba, en el sur del país, donde será ubicado en una celda policial para hacer cumplir su condena de 12 años y un mes por cargos de corrupción y lavado de dinero, en el final de una extensa jornada donde los militantes de su partido bloquearon la salida del sindicato donde se refugiaba para evitar que se entregue a la Justicia.


Tras casi 48 horas acuartelado en el Sindicato de Metalúrgicos, en la periferia paulista, en el que inició su carrera política y 26 horas después de vencido el plazo dado por la Justicia para entregarse, Lula tuvo dificultades para eludir a los militantes que querían impedir su entrega.


Esta mañana Lula anunció que acataría la decisión del juez Sérgio Moro en un encendido discurso ante una multitud donde afirmó que "no tengo miedo, voy a demostrar que soy inocente" y aseguró que "no perdono (a la Justicia brasileña) por haberle dicho a la sociedad que soy un ladrón",


Al promediar la tarde, el exmandatario, junto a su abogado, estaba en un auto que se disponía a abandonar el Sindicato de los Metalúrgicos para entregarse a la Policía pero enfrentó una masa humana de militantes del Partido de los Trabajadores (PT) que no le permitió moverse, por lo que salió del vehículo y se dirigió nuevamente al interior del edificio.


La multitud, que desde el jueves pasado rodeó el edificio, se fue reduciendo desde que Lula anunciara esta mañana en un encendido discurso que se entregaría para comenzar a cumplir su condena, pero tras el intento fallido de dejar el sindicato aún permanecían en los alrededores varios cientos de personas, según mostraron cadenas de televisión locales.


Ya por la noche y luego de que el PT exigiera a sus militantes que liberaran la salida de Lula y de que la Policía realizara un ultimátum el expresidente pudo entregarse.


En medio de empujones y forcejeos entre los responsables de la seguridad de Lula y los militantes el exmandatario finalmente salió a pie y recorrió cerca de 100 metros, rodeado por policías hasta un vehículo de la Policía Federal que lo esperaba en las inmediaciones, reportó la agencia de noticias EFE.


El convoy policial que recogió a Lula se dirigió a la sede de la Policía Federal de San Pablo tuvo que reducir su marcha al llegar por la aproximación de centenas de manifestantes, entre partidarios y opositores.


Los vehículos prácticamente tuvieron que parar en el portón de la instalación policial por la aproximación de manifestantes, algunos gritando su apoyo al considerado líder más carismático de Brasil y otros festejando su detención.


Tras la entrada de los vehículos, la Policía tuvo que separar ambos grupos para impedir los enfrentamientos.


En su mayoría, los manifestantes eran detractores del líder socialista y festejaron su encarcelamiento sacudiendo una enorme bandera de Brasil y arrojando fuegos de artificio.


Lula fue sometido a un examen físico en la sede policial antes de ser trasladado en helicóptero al aeropuerto paulista de Congonhas desde donde fue llevado en avioneta a Curitiba donde lo espera una celda especial de 15 metros cuadrados que fue adaptada en la sede de esa misma institución.


En Curitiba, un nutrido operativo policial espera la llegada de Lula, donde está tarde simpatizantes y detractores del ex presidente han protagonizado escenas de tensión e incidentes entre detractores y partidarios del político nacido hace 72 años en Pernambuco, en el nordeste de Brasil.


Desde que se conoció la intención del ex mandatario, cientos de simpatizantes se han reunido frente a la sede policial.


La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, convocó hoy a toda la militancia de izquierdas a "ocupar" Curitiba -también Brasilia- hasta que el ex presidente brasileño sea liberado.


En la noche del jueves, un detractor de Lula resultó herido en Curitiba y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente cuando fue golpeado por un simpatizante y lanzado contra un camión que lo atropelló.


El auto de prisión contra Lula fue dictado el pasado jueves por el juez federal Sérgio Moro, responsable por su caso y quien le dio plazo para la entrega hasta la tarde de ayer.


Lula fue condenado en enero en segunda instancia a 12 años y un mes de prisión por cargos de corrupción en el contexto del Lava Jato, una megacausa que salpica a casi toda la clase política brasileña.


La sentencia se produjo a pesar de que los magistrados reconocieron que no hay pruebas materiales que demuestren que el imputado sea dueño del departamento que habría recibido como parte de un soborno de la constructora OAS.


La Justicia rechazó varios recursos de su defensa para evitar una orden de arresto, aunque los abogados de Lula sostienen que aún no se agotaron todas las instancias, y por lo tanto esta orden de arresto les resulta arbitraria.


Moro tiene "una mente enferma" y está subordinado a la red O Globo, afirma Lula


El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva acusó al juez Sérgio Moro de tener una "mente enferma" y una "obsesión con su vanidad personal", en un video grabado por su ex asesor y fraile dominico Frei Betto, uno de los pilares de la Teología de la Liberación de la Iglesia.


"Esta prisión es producto de la vanidad personal del juez Moro, que tiene una subordinación total al grupo de medios Globo, que se ha transformado en el verdadero jefe de la Operación Lava Jato. El se apuró antes de que haya algún recurso que pudiera evitar la detención", dice el ex presidente en el video.


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Lula se entregó el sábado a la tarde a la Policía Federal 48 horas después de la orden de prisión de Moro, que fue otorgada sin que se cumplieran los pasos


que tenía previsto realizar la defensa, lo que generó una gran discusión legal entre los juristas del país.


"Moro tiene una mente enferma, una obsesión, una idea fija de que yo vaya preso. Estoy muy tranquilo, mi consciencia está limpia. Dudo que Moro y el fiscal Deltan Dallagnol (acusador de Lava Jato) puedan dormir bien en sus camas", dijo Lula en su diálogo con Frei Betto, quien le transmitió un mensaje de apoyo del teólogo brasileño Leonardo Boff.


Lula y Frei Betto, de nombre Carlos LIbanio Christo, conversaron en el Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo antes de que ex presidente se entregara a la Policía Federal y comenzara a cumplir el mandato de 12 años y un mes de prisión.


Ambos recordaron que Betto le dio asistencia espiritual antes de que Lula fuera detenido el 19 de abril de 1980 en el mismo lugar, cuando la dictadura militar arrestó al por entonces líder del Partido de los Trabajadores cuando era el jefe sindical opositor más influyente del país en medio de huelgas en el cordón industrial de San Pablo.


El video fue divulgado por el Partido de los Trabajadores.

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