29/03/2018

Salió expulsado de la balsa en que se desplazaba e impactó con una barra de metal que lo decapitó.


Los dos diseñadores del "Verrückt", el tobogán de agua más alto del mundo, fueron incriminados por homicidio no premeditado por la muerte de un niño de 10 años en el juego instalado en un parque de diversiones acuáticas en Kansas, Estados Unidos.


La muerte de Caleb Thomas Schwab, hijo de un legislador del estado de Kansas, ocurrió en agosto de 2016 cuando se deslizaba por el tobogán acuático "Verrückt", que en alemán significa "loco" o "demente", y salió expulsado de la balsa en que se desplazaba e impactó con una barra de metal que lo decapitó, según consignó ANSA.


En 2014 el tobogán fue declarado como el más alto del mundo, según los Récords Mundiales Guinness, por sus más de 51 metros.


Tan alto como las cataratas del Niágara, el tobogán tenía hasta 2014 restricciones para su uso por lo que solo era permitido su acceso a personas mayores de 14 años y con 1,37 metros de altura, y había sufrido modificaciones cuando varias balsas salieron volando luego de unas pruebas de rutina.


Pero, según consignó el diario USA Today, esos requisitos fueron eliminados, lo que permitió que Caleb pudiera subir sus 264 escalones hasta lo más extremo del juego.


Antes de Caleb otras 13 personas resultaron heridas, entre ellas, cuatro niños.


Una "shoeselfie", posible protagonista de la tragedia del helicóptero en Nueva York


Es un tipo de foto en el que se sacan los pies al exterior de la nave, en pleno vuelo. En la caída del helicóptero turístico murió una argentina.


El accidente del helicóptero que se precipitó el 11 de marzo al East River de Nueva York, Estados Unidos, pudo haber sido causado por un desperfecto generado por el arnés de uno de los pasajeros que se disparó y activó el comando de vaciado de combustible, de acuerdo con un informe preliminar.


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Único sobreviviente de la tragedia que dejó cinco muertos, entre ellas la argentina Carla Vallejos Blanco (una correntina de 28 años), el piloto Richard Vance declaró a la Junta Nacional de Seguridad del Transporte que creyó percibir una falla en el motor y que intentó prepararse para un aterrizaje de emergencia, informaron medios locales.


Pero dijo que, cuando alargó la mano hacia la palanca de apagado de emergencia, notó que ya estaba en la posición de apagado y que la correa del arnés del pasajero estaba debajo de la palanca.


Además de los cinturones de seguridad, los pasajeros estaban sujetados por arneses porque las puertas del helicóptero estaban abiertas, de modo tal de permitir la toma de fotografías.


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Esas fotos son conocidas como "shoe selfie", un tipo de selfie de los zapatos de los turistas, que sacan los pies al aire por las puertas abiertas. De hecho, la empresa FlyNYON promociona sus viajes haciendo hincapié en la posibilidad de hacer justamente ese tipo de fotografías.


Al descubrir que el apagado de emergencia ya estaba activado, el piloto evaluó entonces aterrizar en el Central Park pero había demasiada gente, con lo cual decidió dirigirse hacia el río.


Antes de que la aeronave se precipitara, logró enviar un pedido de socorro a la torre de control del aeropuerto LaGuardia.


Luego consiguió salir del helicóptero, subirse a éste y gritar pidiendo ayuda.


Los testigos indicaron que el helicóptero volaba más rápido y más bajo de lo que están acostumbrados a ver con este tipo de aeronaves en el East River entre Manhattan y Queens.



Fuente: Télam - DPA

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