24/03/2018

Los actuales conflictos armados, como los de Siria, Yemen, Irak y Afganistán, entre otros, están disparando el aumento del número de personas que padecen hambre y multiplicando el riesgo de hambrunas, justo en momentos en que la expansión de la actividad agrícola facilita la erradicación de este flagelo.


El organismo multilateral precisó que en los últimos dos años, la cifra de personas "severamente hambrientas" aumentó un 55 por ciento, hasta los 124 millones de individuos, y, aunque se evitaron hambrunas en varios países, el riesgo vuelve a estar presente en otros puntos del planeta.


Los datos, incluidos ayer en un informe publicado por la ONU, fueron destacados hoy por el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, en una intervención ante el Consejo de Seguridad, que se reunió para analizar los vínculos entre el hambre y los conflictos armados.


Según Beasley, las guerras son con total claridad la causa principal del hambre que se vive hoy en el mundo, informó la agencia de noticias EFE.


"Podemos terminar con el hambre mundial para 2030 (un objetivo que se ha propuesto Naciones Unidas), pero no podremos hacerlo mientras haya conflictos", destacó el responsable del PMA.


Su evaluación coincidió con el del jefe humanitario de la ONU, Mark Lowcock, quien también intervino en la reunión del Consejo de Seguridad.


"El riesgo existente de hambrunas está hoy concentrado en un número relativamente pequeño de países afectados por conflictos a gran escala, severos y largos", destacó Lowcock.


En algunos casos, señaló, el hambre se está usando como "arma de guerra" y las soluciones son sólo posibles con acuerdos políticos que pongan fin a esas guerras.


Lowcock recordó que el drama que se vive en esos países se da precisamente en un momento en el que, en general, las hambrunas se han hecho mucho menos frecuentes y menos letales, gracias sobre todo al gran aumento de la productividad agrícola de las últimas décadas.


 

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