14/02/2018

Al menos 17 personas murieron este miércoles luego de que un atacante abriera fuego y desatara horas de pánico entre los estudiantes y una persecución policial en una escuela secundaria de la ciudad de Parkland, sur de Florida, Estados Unidos, que terminó con un sospechoso detenido, informaron autoridades locales.


El sheriff del condado de Broward, Scott Israel, informó a la prensa que fallecieron 17 personas, identificó al sospechoso como un ex estudiante de 18 años de esa escuela, Nikolaus Cruz, y afirmó que fue detenido "sin una confrontación" con la policía.


"Es una catástrofe. Realmente no hay palabras", lamentó el funcionario en su cuenta de Twitter.


Después de escucharse varias ráfagas de tiros, decenas de patrulleros de la policía del condado llegaron al lugar, la acordonaron y comenzaron a evacuar a los estudiantes. Algunos salieron corriendo aterrorizados, otros caminaron de manera más ordenada, con los brazos en alto.


El diario Miami Herald citó a Jim Gard, un profesor de matemáticas de ese centro educativo, quien reveló que los docentes y personal administrativo fueron advertidos el año pasado de que el ex estudiante constituía una amenaza y no se le debía permitir el ingreso al colegio con una mochila.



"Hubo problemas con él el año pasado amenazando a estudiantes, y creo que se le pidió que abandonase el campus", manifestó el maestro al diario.


Un estudiante de este centro escolar declaró a la cadena CBS que Cruz, un "chico problemático", fue expulsado de la escuela y que siempre "cargaba armas con él", las cuales además no tenía reparos en enseñarla a los otros alumnos.


"Escuché un sonido como si fuera un camión de basura y después escuche 'bum bum bum'. Había gritos por todas partes. Sólo pude esconderme debajo del escritorio de mi maestra. Después la policía invadió la escuela y nos sacaron", contó Michael Katz a la cadena de noticias ABC, uno de los alumnos que acaba de encontrarse con su padre en los jardines exteriores del centro educativo.


Pero no todos pudieron escapar antes de que la policía encontrara y detuviera al sospechoso.


Alumnos de la escuela tuiteaban desde abajo de sus bancos, escondidos en sus aulas, mientras la policía informaba que buscaba por el edificio al tirador.


"Escuché muchos disparos, como seis. Y pasaron muy cerca", contó otra alumna, Nicole Baltzer.



La joven de 18 años le dijo a la cadena de noticias CNN que faltaban sólo 10 minutos de clase cuando sonó la alarma de evacuación y todos se tiraron al suelo.


Aún reinaba la confusión y la incertidumbre, cuando el senador por Florida, Bill Nelson, dijo a la CNN que había "varios muertos" y que era "un mal día" para el estado y el país.


De inmediato, la escuela, ubicada aproximadamente a 72 kilómetros de Miami y con más de 3.200 alumnos de secundaria inscriptos, se convirtió en un nuevo puntapié para el siempre latente debate sobre el control de armas en el país.


"Mis oraciones y condolencias para las familias de las víctimas del terrible tiroteo en Florida. Ningún niño, profesor o persona jamás debería sentirse inseguro en una escuela estadounidense", sentenció el presidente Donald Trump en su cuenta de Twitter.


Hace sólo unas semanas, en su discurso del Estado de la Unión, Trump había defendido sin medias tintas el derecho a comprar y poseer armas y había criticado duramente a todos aquellos que quieren restringirlo con controles para evitar que menores, personas con problemas mentales o con antecedentes de violencia puedan adquirirlas.


Por eso, ni bien se conoció la noticia del tiroteo, el senador demócrata Nelson aprovechó su tiempo de micrófono en un debate por otro tema en el Congreso para denunciar el vínculo entre los constante tiroteos masivos en el país, la venta sin control de armas y la negativa de la mayoría de los legisladores en el Capitolio de no cambiar las leyes.


"Déjenme decirles una vez más que somos responsables de la atrocidad masiva que está pasando en este país y que no tiene paralelo con ningún otro lugar", sentenció el senador e inició lo que seguramente será un nuevo debate, al menos mediático, sobre el control de la tenencia y venta de armas en el país desarrollado con más tiroteos masivos y más armas per cápita del mundo.


"Fue el peor día de mi vida", dijo una argentina que sobrevivió a la matanza


Una joven argentina de 14 años que sobrevivió a la matanza de ayer en una escuela secundaria de Florida contó que vio cadáveres tirados y "sangre por todos lados" y que oyó disparos mientras era evacuada por la policía del colegio luego de haber estado encerrada más de dos horas en su aula.


"Fue el peor día de mi vida, vimos chicos y alumnos tirados en el piso, sangrando, vimos cosas horribles", resumió Sol Duarte, en conversación telefónica con Télam, las horas de terror e incertidumbre que vivieron centenares de alumnos de la Escuela Secundaria Marjory Stoneman Douglas.


Duarte, que cursa el noveno año en ese colegio de la localidad de Parkland, relató que en medio de una clase comenzaron a notar sonidos extraños que salían desde el intercomunicador que tienen todas las aulas de la escuela y que sirve para hacer anuncios institucionales.


"Cuando faltaban 20 minutos para salir de la escuela, se escuchó la voz del director ordenando que evacuemos las aulas" contó aún conmocionada, "y salimos al pasillo pero inmediatamente empezamos a escuchar disparos, unos tres o cuatro disparos y nos metimos de nuevo en el aula".


Los alumnos no sabían todavía que iban a permanecer encerrados allí más de dos horas porque en el edificio contiguo, Nikolaus Cruz, un ex estudiante de 19 años de esa escuela, había desatado una de las peores masacres en una escuela de Estados Unidos de los últimos años.


Armado con un fusil automático, el joven mató a 17 personas e hirió a una quincena más antes de ser detenido por la policía sin ofrecer resistencia, en una calle cercana a la escuela una hora después de la matanza.


Cruz fue acusado hoy de homicidio premeditado, y enfrenta una posible pena de muerte.


"Estuvimos ahí encerrados más de dos horas, mientras escuchábamos disparos y sirenas, y no sabíamos bien qué era lo que pasaba. Nuestros amigos estaban en otros cursos, en el otro edificio. En un momento entró un policía y nos llevó a otra aula", contó Duarte.


En un salón más grande, los agentes reunieron a los más de 30 compañeros de Duarte con otros cursos, juntando casi a 100 alumnos.


Después, relató la argentina, "nos fueron sacando del edificio y empezamos a ver lo que había pasado. Vimos cuerpos tirados en diferentes lugares, sangre por todos lados, imágenes que no nos vamos a olvidar nunca".


Entre los muertos figuran personas que la joven sobreviviente conocía: dos profesores y a algunos alumnos que veía en los recreos.


"Vi el cuerpo de uno de mis profesores y me enteré que el entrenador de Fútbol Americano también murió... no se cómo vamos a hacer para volver", contó esta joven cordobesa que llegó a Estados Unidos hace apenas dos años, cuando se mudó con su padre a Parkland, en el sur de Florida.


"Hasta ahora lo único que sabemos es que el atacante es un ex alumno que fue expulsado por violento" dijo sobre Cruz.


Duarte dijo que hoy se realizarán misas en algunas iglesias de Parkland como intentos de procesar la matanza de ayer y dijo también que aún no hay instrucciones precisas sobre cuando volverán a clase.


Autoridades han dicho que la escuela permanecerá cerrada toda la semana.


"La vuelta va a ser horrible, todas esas personas muertas... No quiero ni pensar en los que vieron morir a sus amigos o a los profesores que murieron en frente de sus alumnos. Creo que para todos fue el peor día de nuestras vidas" concluyó Duarte.

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