01/11/2017

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo hoy que evalúa enviar a la cárcel de Guantánamo al autor del atentado en Nuevas York y que pedirá al Congreso que revoque "inmediatamente" un programa para diversificar la inmigración que según dijo fue aprovechado por el atacante para ingresar al país.


"Ciertamente que consideraré enviarlo a Guantánamo", dijo Trump en sus primeras declaraciones públicas tras el ataque de ayer en Nueva York, es más letal en la ciudad desde los atentados a las Torres Gemelas de 2001, al ser consultado por la prensa antes de celebrar una reunión de gabinete en la Casa Blanca.


Ocho personas, entre ellos cinco argentinos, murieron ayer y otros 13 resultaron heridos cuando un inmigrante uzbeko de 29 años, Sayfullo Saipov, atropelló a peatones y ciclistas con una camioneta tras subirse a una bicisenda en el sur de Manhattan, Nueva York, informaron autoridades.


Los comentarios de Trump sobre Guantánamo llegaron luego de que senadores republicanos llamaran al presidente a tratar al autor del ataque, quien fue herido por la policía, como un "combatiente enemigo", como se calificaba hasta 2009 a los internos de la cárcel para islamistas radicales ubicada en Cuba.


El Departamento de Seguridad Interior estadounidense afirmó hoy que Saipov llegó a Estados Unidos en 2010 mediante el llamado Diversity Immigration Visa, un programa de lotería de visados al que pueden acceder naciones que tienen pocos inmigrantes en Estados Unidos.


En su intervención ante la prensa, Trump dijo hoy que el autor del ataque, al que calificó de "animal", aprovechó ese programa para entrar al país y cometer en última instancia su ataque, por lo que pedirá al Congreso que ponga le ponga fin "inmediatamente".


"Hoy empiezo el proceso para acabar con el programa de lotería (de visados) para la diversidad. Voy a pedir al Congreso que comience inmediatamente el trabajo para deshacernos de este programa", afirmó Trump, citado por la agencia de noticias EFE.
"Lotería para la diversidad... Suena lindo, pero no es lindo, no es bueno, no ha sido bueno y hemos estado en contra", añadió.


Más temprano, en una serie de tuits, Trump se hizo eco del hecho de Saipov llegó a Estados Unidos hace siete años gracias a la llamada lotería de visados.


El mandatario republicano, que ha hecho de la restricción de la inmigración uno de sus caballitos de batalla, se había mostrado en contra de ese programa, y en agosto apoyó formalmente un proyecto de ley que lo eliminaría.


El mandatario aseguró que quiere que la inmigración a Estados Unidos esté "basada en el mérito", y que incluya solo "a gente que va a mantener seguro al país".


"No queremos loterías, y no queremos migración en cadena, por la que alguien como él (el sospechoso del atentado) podría traer a muchos miembros de su familia", subrayó Trump.


Preguntado por si cree que esos miembros de la familia de Saipov representarían un riesgo para Estados Unidos, Trump respondió que "ciertamente podrían" suponerlo.


La "lotería de visados para la diversidad" asigna aleatoriamente hasta 50.000 visados al año para los ciudadanos de países que tradicionalmente tienen bajas tasas de inmigración a Estados Unidos.


El programa fue creado por el Congreso estadounidense en 1990 en parte para fomentar la entrada de inmigrantes irlandeses, aunque en los últimos años ha beneficiado sobre todo a ciudadanos de África.


Varios países americanos -en concreto México, Colombia, Perú, Brasil, El Salvador, la República Dominicana, Jamaica, Haití y Canadá- están excluidos de la lotería, porque durante los últimos cinco años más de 50.000 nacionales de esas naciones han emigrado a Estados Unidos, según el Departamento de Estado.


Ayer, después del atentado en Nueva York, Trump anunció también a través de su cuenta de Twitter que había ordenado "endurecer" los vetos a ciudadanos extranjeros de varios países de mayoría musulmana, sin ofrecer ningún detalle.


El ex presidente Barack Obama (2009-2017) prometió cerrar Guantánamo nada más llegar al poder y, aunque no pudo cumplir su promesa, consiguió reducir la población carcelaria de 242 a 41 presos con la transferencia de casi dos centenares de individuos a terceros países.


Durante la campaña electoral, Trump se mostró contrario a las liberaciones de presos y, además, prometió mantener y ampliar esa cárcel para llenarla, en sus palabras, de "tipos malos".


La cárcel de Guantánamo llegó a albergar a 800 presos poco después de su apertura, ordenada por el entonces presidente estadounidense, George W. Bush (2001-2009), tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas y el Pentágno.


Los senadores republicanos John McCain y Lindsey Graham urgieron al gobierno de Trump a que el sospechoso del atentado en Nueva York sea tratado, "retenido e interrogado" como un "combatiente enemigo", sin que le sean leídos sus derechos básicos, conocidos como "Miranda Rights".
En un comunicado, McCain enfatizó que ataques como el de Nueva York y los ocurridos en los últimos años en lugares como San Bernardino, California, y Boston deben ser considerados "actos de guerra" contra Estados Unidos.

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