El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que deteriora la memoria, el pensamiento y la capacidad para realizar tareas cotidianas.
El Alzheimer representa uno de los mayores desafíos de salud pública a nivel mundial porque afecta principalmente a adultos mayores y se manifiesta con un deterioro progresivo de la memoria, el lenguaje y otras funciones cognitivas esenciales. A pesar de los avances médicos, hasta el momento no existe una cura definitiva, lo que ha impulsado la búsqueda de estrategias que puedan ralentizar su progreso y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
En este contexto, la ciencia ha comenzado a destacar el papel del ejercicio aeróbico como una herramienta complementaria en el tratamiento del Alzheimer.
Recientes investigaciones, como una revisión sistemática publicada en Frontiers in Aging Neuroscience, señalan que la actividad física regular puede tener un impacto positivo en la función cognitiva de quienes padecen esta enfermedad. ¿De qué trata?
¿Qué es el Alzheimer y cómo afecta la función cognitiva?
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que deteriora la memoria, el pensamiento y la capacidad para realizar tareas cotidianas. Es la forma más común de demencia y afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente a adultos mayores. Ni sudokus ni crucigramas: el ejercicio que ayuda a prevenir el Alzheimer que la ciencia respalda
El Alzheimer, según la ciencia, provoca la acumulación de placas y ovillos en el cerebro que afectan la comunicación entre neuronas y causan su deterioro. Sus síntomas iniciales incluyen olvidos y confusión, y con el tiempo puede afectar la autonomía del paciente.
El ejercicio aeróbico mejora la cognición en personas con Alzheimer, según la ciencia
Una revisión sistemática y metaanálisis publicada en Frontiers in Aging Neuroscience encontró evidencia sólida de que el ejercicio aeróbico mejora significativamente la función cognitiva en pacientes con Alzheimer. Esta investigación analizó múltiples estudios clínicos y determinó que quienes practicaban actividad física moderada de forma regular obtenían mejores resultados en el Mini-Mental State Examination (MMSE), una de las herramientas más utilizadas para evaluar el deterioro cognitivo.
Los autores del estudio destacan que el ejercicio aeróbico no solo beneficia la salud cardiovascular, sino que también estimula funciones cerebrales esenciales al aumentar el flujo sanguíneo y promover la liberación de factores neurotróficos como el BDNF (Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro), que protege las neuronas y favorece la neuroplasticidad.
La evidencia recogida por Frontiers in Aging Neuroscience, una revista científica reconocida a nivel mundial en el estudio del envejecimiento y la salud cerebral, refuerza la recomendación de organizaciones como la Alzheimer’s Association y la Organización Mundial de la Salud (OMS), que promueven la actividad física como una herramienta preventiva y terapéutica frente a las enfermedades neurodegenerativas.
Fuente: NA