Ricardo Piñeiro murió a los 68 años tras un ACV: Un adiós al ícono de la moda argentina.

Este miércoles 29 de noviembre, falleció a los 68 años el representante de modelos Ricardo Piñeiro después de sufrir un ACV del que no logró recuperarse.

El trágico suceso comenzó cuando en las primeras horas del domingo, alguien cercano al empresario intentó comunicarse con él sin obtener respuesta. Ante la preocupación, se llamó al 911, y fue necesario forzar la puerta de su domicilio en Recoleta para asistirlo. En el lugar intervinieron la Comisaría Vecinal 2 y el personal del SAME, encargado del traslado al hospital.

Aunque no era ampliamente conocido, Ricardo Piñeiro ingresó al mundo de la moda desde joven, inicialmente como modelo vendiendo jeans en el sur de la provincia de Buenos Aires. Su atractivo físico lo llevó a desfilar en Rusia y participar en sesiones de fotos en África.

Con el tiempo, Piñeiro fundó una pequeña agencia de modelos en el microcentro porteño, marcando su transición de modelo a representante. A finales de los años ’80, antes del auge de la moda, se convirtió en el representante de algunas de las mujeres más destacadas de Argentina, como Mariana Arias, Andrea Frigerio, Mónica Labari, Ginette Reynal y Delfina Frers.

Conocido como “Richard”, negociaba contratos con las principales marcas y aseguraba lugares privilegiados en desfiles y tapas de revistas. Su agencia compitió en el escenario de la moda con la de Pancho Dotto, generando comparaciones mediáticas.

Piñeiro, apasionado del sol y cuidadoso de su escultural cuerpo, mantenía una rutina diaria de gimnasio y disfrutaba de fines de semana relajados en su campo en el kilómetro 83.5 de la ruta 8. Allí convivía con sus amados perros y mantenía un zoológico privado con pavos reales, cisnes y caballos salvajes.

A pesar de su éxito, los años 2000 trajeron desafíos, y en 2011 su agencia quebró, marcando un cambio en su vida. Se dedicó a la fotografía, editando un libro sobre perros y realizando exposiciones.

Con el tiempo, vendió su campo y enfrentó dificultades, lidiando con el alcoholismo y buscando apoyo en Alcohólicos Anónimos. Refugiado en la iglesia y con el apoyo de su amiga Roxana Serrano, mantuvo su amor por la fotografía y recientemente expuso sus obras en un reconocido espacio de decoración.

Sus días transcurrían entre el gimnasio y paseos con sus perras salchichas. A pesar de los desafíos, Piñeiro se sentía agradecido por otra oportunidad que la vida le brindó. Lamentablemente, el destino tenía otros planes.

Fuente: El Argentino - Télam