03/08/2020

En una entrevista con Diario La Nación, Puerta admitió, a 15 años del positivo en Roland Garros, que mintió en su defensa.


El cordobés Mariano Puerta fue uno de los jugadores más exitosos del tenis argentino. Llegó a ser número 9 de ranking y fue pieza destacada de la "Legión" de jugadores que desde el año 2000 le devolvieron la popularidad al tenis en el país después de Guillermo Vilas y Batata Clerc.


Sin embargo, ese grupo de jugadores tuvo un costado negro: los dopings. El caso de Puerta fue el más emblemático de todos ya que es, aún hoy, el único reincidente. En 2003 afirmó que tomó una medicación para asma por el que fue suspendido durante nueve meses. En 2005, después de perder la final de Roland Garros ante Rafael Nadal, también dio positivo.


La sustancia que se le encontró en aquella oportunidad fue etilefrina y según lo que cuenta el hombre nacido en San Francisco, Córdoba, fue por unas pastillas mal hechas. Recibió una pena de ocho años reducida a dos al dictaminarse que la cantidad que tenía en su organismo era 50 veces menor de lo que necesitaba para tener efectos en su rendimiento.


Según publica hoy el diario La Nación, la reducción de la pena, tuvo una trampa pergeñada por el estudio jurídico que representaba a Puerta en el TAS. En su alegato Puerta explicó que, minutos antes de la final en París, se sentó en el restaurante de los jugadores junto con la actriz Sol Estevanez, por entonces su mujer, y luego fue a cambiarse para el partido.


Imagen


En ese lapso, su esposa bebió agua con unas gotas de Effortil, una medicación que utilizaba para los dolores menstruales y que contenía etilefrina. Después, mientras ella estaba en el baño, Puerta regresó a la mesa y se sirvió, en el mismo vaso, agua de una botella que llevaba consigo.


Imagen


Y que así fue cómo, según relató, ingresó en su cuerpo la sustancia en cuestión. Quince años después, Puerta admitió que esta historia fue inventada.


"Me sentí muy criticado. Sentí el: ‘Uy, ahí va’. Estuve años sin leer ninguna nota porque cada año, en la época de Roland Garros, es inevitable que te lleguen cosas. Es como que siempre quise anular esto de mi vida, lo tuve escondido, tratando de no meterme ahí. Y ahora, cuando leí la historia del vaso otra vez, no me gustó nada. No era la manera que quería ser recordado", indicó el argentino, que desde 2014 está radicado en EE.UU, en una charla con el periodista Sebastián Torok.


¿La estrategia de defensa fue forzada? -Sí, lo creo. Pero se decidió en conjunto ir por ahí. Éramos muchas personas, exitosas en sus rubros. No había tontitos. Fui para adelante. Estaba mi carrera en juego".


 


 


 


 


 


 

DEPORTES