15/07/2019

Bajo amenazas con armas de fuego y utilizando por varios minutos golpes, patadas y hasta una plancha como método de intimidación y tortura hacia sus víctimas, un grupo de delincuentes se alzó el sábado con un suculento botín de 400.000 pesos entre dinero efectivo y cheques de la vivienda de un agricultor de la localidad de Garuhapé.


El atraco se produjo cerca de las 18.30 en una chacra ubicada a unos 4 kilómetros del casco urbano del municipio, más precisamente en el paraje Garuhapé Mí.


Según consignaron fuentes del caso consultadas por El Territorio, al menos cuatro delincuentes actuaron a cara descubierta y con armas largas en la propiedad de Erico B. (60), quien desde hace muchos años está asentado junto a su familia en dicha propiedad, donde posee un pequeño galpón ubicado a pocos metros de su morada.


Haciéndose pasar por efectivos policiales, los desconocidos irrumpieron dentro del hogar y tomaron por sorpresa al dueño de casa, quien en ese momento estaba junto a su esposa Carmen F. (53), su hijo Andrés (32) y la pareja de este último, Fenicia K. (27).


A fuerza de golpes, los ladrones reunieron a los integrantes de la familia y los llevaron hasta una de las habitaciones.


Al rato, uno de los malvivientes tomó por la fuerza a la pareja del agricultor y la condujo a golpes hasta otro dormitorio, donde continuaron las amenazas e intimidaciones.


Asustada, la mujer no tuvo más opción que dar el lugar donde la familia guardaba dinero en efectivo y cheques, luego de que su atacante la amenazara con quemarle el rostro con una plancha.


De acuerdo a los voceros consultados, los desconocidos se alzaron con 200.000 pesos en efectivo y cheques varios por el mismo valor correspondientes a la venta de rollos de pino efectuada hace pocos meses.


Escape


Con el dinero en su poder y antes de que algún vecino pudiera alertar el hecho, los ladrones huyeron del lugar en un vehículo polarizado. Antes, dejaron inmovilizadas a sus víctimas.


Minutos más tarde los damnificados pudieron deshacerse de sus ataduras y alertaron de lo ocurrido a efectivos de la comisaría local.


De forma preventiva y por el estado de shock en el que fueron encontrados, las víctimas fueron llevadas hasta un centro asistencial, donde recibieron curaciones a causa de los severos golpes sufridos.


Efectivos de distintas dependencias de la Unidad Regional IV de Puerto Rico desplegaron operativos cerrojo en caminos vecinales de toda la zona.


Una de las hipótesis que manejan los investigadores indica que la banda escapó rumbo a Aristóbulo del Valle, razón por la cual se dio aviso a la Unidad Regional XI.


 


Fuente: El Territorio

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