21/03/2019

San Lorenzo, el líder del torneo, derrotó a Boca Juniors 76-74 en un partido jugado este miércoles en el Polideportivo Roberto Pando.


San Lorenzo se llevó la victoria por la aparición de algunos de sus jugadores en el peor momento, cuando Boca, aprovechando algunas virtudes propias y errores del rival, estuvo a punto de dar vuelta el marcador.


El equipo que esta noche dirigió Carlos Duró (estuvo ausente Gonzalo García a causa de una descompensación presumiblemente renal) jugó a la perfección 12 minutos (el primer cuarto y los dos primeros minutos del segundo parcial), y parecía encaminarse a una noche tranquila, si se le sumaba además el desconcierto en que vivía Boca.


Pero a partir de la segunda mitad del segundo cuarto comenzó a cometer muchos errores, los cuales le permitieron a Boca ponerse a 6 puntos de diferencia (30-24), a un minuto 15 para el final.


Sin embargo escapó a esos problemas y se fue al descanso largo ganando 37-26.


Distinto fue el panorama en el complemento. San Lorenzo entró dormido, y Boca, de la mano de Adrián Boccia (22 puntos), el cubano Jasiel Rivero (17), y el empuje de Bruno Sansimoni, se le fue encima, y no sólo achicó distancias en el marcador, sino que también se llevó el tercer cuarto por 22-20.


San Lorenzo no reaccionó. Sin Nicolás Aguirre en el campo (sufrió una molestia en su pierna izquierda en el segundo cuarto), no tuvo conducción, y a eso le agregó la falta de balance defensivo, algo que le allanó el camino a Boca.


Boca estuvo a punto de dar vuelta todo a los 2 minutos 30 segundos del último cuarto, cuando gracias a un triple de Alex Galindo quedó un punto abajo (56-55).


Pero entonces aparecieron las individualidades de San Lorenzo, más precisamente Joel Anthony (9 puntos, 9 rebotes y 4 tapas), Dar Tucker (20 puntos) y Matías Calfani (8 puntos y 8 rebotes).


Anthony metió dos tapones en defensa que frenaron dos ataque de Boca, y Tucker y Calfani, con sus triples, ampliaron la diferencia en el marcador, algo que le dio un poco más de margen para esperar la chicharra que marcara el final.

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