14/01/2019

Desde la Secretaría de Agricultura Familiar de la Nación se han recibido con asombro y preocupación las declaraciones de la Secretaria de Agricultura Familiar de la provincia de Misiones, por el desconocimiento que suponen de la realidad misionera.


En nuestra provincia de Misiones se cultivan maíces híbridos y transgénicos desde hace años. Lo hacen productores de distinto porte, repartidos por toda la provincia. Desde Rosamonte en sus campos del sur provincial hasta una significativa cantidad de pequeños productores de la zona del Alto Uruguay, San Pedro, Pozo Azul, Wanda, San Antonio y Andresito. Inclusive, el Ministerio del Agro y la Producción de la Provincia de Misiones, a través de sus técnicos y con fondos provenientes de préstamos internacionales en el programa PISEAR, ha propiciado la expansión del cultivo de maíces de alta productividad en el oriente provincial. En el mismo sentido ha obrado el Ministerio provincial al proponer, aprobar y ejecutar, con fondos de reconversión dentro del Fondo Especial del Tabaco, la entrega de secadoras de granos, tractores e implementos de laboreo, siembra y aplicación de agroquímicos.


El cultivo de maíces híbridos o transgénicos en nuestra provincia no requiere de trámites o autorizaciones especiales, ni evaluaciones de impacto ambiental, ni está sujeto a otra voluntad que la de los productores que deciden comprar esa semilla y llevar adelante esos cultivos. El Estado Nacional no siembra maíz en Misiones. Lo hacen y lo seguirán haciendo los productores, en la medida en que quieran hacerlo.


Desde la Nación se está proponiendo un modelo de desarrollo territorial y económico que permita recuperar la rentabilidad para el agricultor misionero. La falta de rentabilidad en el sector agropecuario provincial es lo que ha ocasionado el desastre de tener casi medio millón de hectáreas cultivables en abandono, sin uso alguno. Son los propios productores que, ante la nula rentabilidad, dejan de explotarlas. Eso, en una provincia que posee índices de pobreza de los más altos del país, es directamente un crimen. El agro misionero está por esta razón expulsando colonos de sus chacras todos los días. Sólo van quedando los más viejos. Los jóvenes se van a las ciudades y muchos terminan viviendo sólo de planes, sin trabajo y hasta en condiciones de indignidad, mendigando a las autoridades locales el acceso a una vivienda o a un terreno.


La propuesta de la Nación es incentivar el desarrollo de un modelo agronómico de alta productividad, teniendo en cuenta que el maíz es un producto con un mercado cierto, tanto en nuestra provincia como en Brasil, muy cerca de nuestra frontera. Y adonde se puede llegar a precios muy competitivos.


Producir maíces de alto rendimiento en Misiones puede generar múltiples beneficios. Es necesario contar con alimento balanceado a precios competitivos para producir localmente pollos, cerdo y leche, y reemplazar lo que compramos los misioneros al resto del país, por productos que ocupen mano de obra local. Además, si la capuera deja lugar a la agricultura de alto rendimiento, Misiones puede llegar a recibir, sólo por la exportación de maíz, más de 200 millones de dólares anuales que hoy no ingresan a la economía provincial. Y ello sin tener en cuenta el factor multiplicador que tiene dicho ingreso sobre la economía de los servicios relacionados con su producción, comercialización y transporte, a lo que se suman los impuestos que se perciben y su factor redistributivo.
Un desarrollo de estas características requiere, principalmente en nuestra provincia, de un trabajo en paralelo para preservar los bienes ambientales que son patrimonio de todos los misioneros y que caracterizan a nuestro territorio. Siempre se lo ha entendido así. Y para ello se requiere de la seria colaboración de todos los sectores interesados e involucrados.


El agro misionero necesita recuperar su pujanza. Hemos entendido que eso se logra generando alternativas superadoras de un estancamiento que lleva aún más tiempo que los casi veinte años de gestión del actual oficialismo provincial.


Creemos que el Estado no debe decidir qué se produce y qué no, sino que debe generar las condiciones para que los colonos decidan libremente el camino que consideren que es mejor para su bolsillo. Estamos proponiendo una visión de desarrollo que requiere de dialogo y trabajo conjunto. Esperamos que desde la Secretaría de Agricultura Familiar de la provincia revean su postura de rechazo y se avengan a trabajar en el tema en conjunto con la Nación, con el objetivo de hacer lo mejor para todos los misioneros.


Jerónimo Lagier
Coordinador de la Secretaría de Agricultura Familiar, Coordinación y Desarrollo Territorial de la Nación en la provincia de Misiones


Walter Kunz
Director Nacional de Programas de Desarrollo Regional
Secretaría de Gobierno de Agroindustria de laNación



 

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