21/02/2018

Las columnas de manifestantes fueron entrando a la avenida con sus banderas y estandartes con una consigna: el carril central y las inmediaciones del palco quedaban para camioneros, que así pintó de verde y blanco la vía rápida del Metrobus desde avenida Belgrano hasta Independencia.


Del sector opuesto, a la derecha del palco, se ubicaron los movimientos sociales, que desplegaron a un sector de sus militantes sobre avenida Belgrano. Ahí estubvieron la CTEP (Confederación Trabajadores de la Economía Popular), el Movimiento por la Unidad Latinoamericana y Cambio Social (Mulcs) y el Frente de Unidad Dario Santillán, que montó una carpa sanitaria con una médica, un enfermero y una ambulancia.


El resto de las columnas -la Corriente Clasista y Combativa (CCC), el Movimiento Evita y Barrios de Pie- se desplegaron por Bernardo de Irigoyen.


Los últimos 100 metros de manifestantes, que iban desde Chile a Independencia, fueron ocupados por los referentes políticos del PJ y el kirchnerismo, que participaron de la movilización -tal como se manejan en el último tiempo- de manera separada.


Aunque algunos, como el intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk, se ocupó de pasar por los tres sectores a saludar, estrechando la mano con el lider camporista Máximo Kirchner, y compartiendo un tiempo con los intendentes ultra K, entre los que estaban Verónica Magario (La Matanza), Mario Secco (Ensenada) y el presidente del PJ bonaerense, Gustavo Menéndez (Merlo), además de sus pares Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Santiago Maggiotti (Navarro), entre otros.


El hijo de Cristina Kirchner se mantuvo dentro del corralito que la agrupación montó en la esquina de Chile y Cerrito, para preservarlo del contacto directo con la gente y la prensa, pero posó gustoso para las selfies con algunos militantes.


En cambio, la diputada Mayra Mendoza, el dirigente Andrés "Cuervo" Larroque, el legislador de Unidad Ciudadana Matías Molle y el apoderado de Unidad Ciudadana, Gerónimo Ustarroz, circularon por fuera dialogando con los medios y el resto de los asistentes.


Mientras los tambores y redoblantes le ponían ritmo a la caminata, Laurelvia y Sara, dos veinteañeras oriundas de Venezuela y Brasil, respectivamente, intentaban hacer una diferencia vendiendo sandwiches de miga -con amplia variedad de sabores- a los manifestantes en los alrededores del palco.


"Hace un año que vivo acá y seis meses que logré traer a mi familia desde Venezuela, donde no la estaban pasando bien, y ahora ellos trabajan en una panadería. Anoche se nos ocurrió venir con la idea de probar para hacer unos pesos", confió Laurelvia a Télam, con una media sonrisa que traslucía un incipiente piercing.


"Trajimos 30, ya vendimos más de la mitad y el acto todavía no empezó", contó entusiasmada la joven morena, bandeja en mano, con un cartel en el que se leía "20 pesos cada uno". Y contó: "Los manifestantes nos dicen que están baratos".


Su valentía de competir sin permiso contra los clásicos puestos de choripanes, hamburguesas y bondiolitas les permitió sortear zigzagueantes a los vendedores ambulantes que -como podían- vendían entre las columnas de gente bebidas frescas y helados para aplacar el calor y la sed.


"Salimos de Malargue, Mendoza, ayer a las 16, vinimos unos 80 camioneros petroleros", dijo a Télam el dirigente gremial Claudio Villar, quien trabaja en ese sector desde hace seis años.


"Vinimos porque siempre los petroleros ganaron muy bien, pero los camioneros que trabajamos con ellos no; hace cinco años, gracias a Hugo Moyano, eso cambió, nos equiparó los sueldos y ahora somos nosotros los que los superamos", detalló el delegado camionero José Luis Rios.


La Bancaria se ubicó junto a Camioneros, en las cercanías del palco, ambos grupos con los chalecos que los identificaban, y la seguridad del acto -organizar el ingreso y salida ordenada de las columnas sobre la avenida- recayó en el gremio de curtidores, "que vino caminando con dos mil manifestantes desde zona sur, y el resto de las agrupaciones colaboramos cediendo unos 10 compañeros cada uno que se supeditaron a ellos", según explicó a esta agencia Darío Atime, camionero del sector lácteos.


 

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