22/01/2018

Investigan si manejaba otro vehículo, iba como acompañante o estaba jugando en la arena cuando fue embestido por otro cuatriciclo.


Un niño de solo 7 años murió ayer embestido por un cuatriciclo en una de las playas de Pinamar.


El hecho ocurrió por la tarde, aunque las causas del fatal accidente aún son confusas. Algunas versiones indican que el niño, identificado como Franco Catanzaro y oriundo de Bariloche, viajaba también en un cuatriciclo como conductor, aunque más tarde la información que comenzó a circular por los medios ubicaba a la víctima como uno de los ocupantes.


Según informó el director de Defensa Civil del Partido de la Costa, Augusto Giachetti, fua a las 16.30 cuando se recibió el llamado al 911 sobre el accidente.


Desde el hospital de Pinamar comentaron a TN que el chico llegó con “politraumatismos severos de cráneo y miembros inferiores” y agregaron que “no llevaba casco”.


Al parecer, los padres de la víctima habían salido a caminar y lo dejaron en el cuatriciclo junto a otros amigos. Las primeras versiones indican que Franco frenó en un lugar de mucho tránsito de vehículos en la playa cuando fue embestido por otro vehículo.


Sin embargo, el intendente de Pinamar, Martín Yezza, aseguró hoy que el niño de siete años que murió cerca de Costa Esmeralda, unos 15 kilómetros al norte de esa ciudad balnearia, "no iba a bordo del cuatriciclo, sino que fue embestido por un joven" mayor de edad.


"Por los detalles que tenemos, que nos dio la policía, sabemos que el nene estaba jugando en la playa cuando un joven de 23 años que viajaba en cuatriciclo lo embistió", aseguró Yezza en declaraciones a Radio Mitre.


En tanto, el joven que embistió al menor permanecía internado por las múltiples fracturas costales que sufrió, informaron a Télam fuentes policiales.


"Al conductor se le inició una causa por homicidio culposo. Ahora está hospitalizado y luego estará en manos de la Justicia, porque lo que hizo es algo que no corresponde en un lugar que no corresponde", resaltó Yezza.


Buenos Aires: secuestraron armamento de guerra en casa de un jubilado acusado de balear a un cliente en hipermercado


Un proyectil de mortero, una granada de mano, municiones y cargadores de ametralladora fueron encontrados en la casa del jubilado de 72 años detenido ayer como acusado de haber herido de cinco balazos a un hombre tras una discusión en un hipermercado de Quilmes.


Por su parte, Gustavo Trimarchi, abogado del acusado, dijo que gran parte de esos elementos secuestrados tienen “cuarenta años” de antigüedad y están “en desuso”, al tiempo que explicó que su defendido tiene problemas de salud “psiquiátricos”.


Según las fuentes, en las últimas horas, el fiscal de la causa, Martín Conde, dispuso un allanamiento de urgencia en el domicilio del imputado José María Scrocchi (72), situado en Lavalle y Olavarría, en pleno centro comercial de Quilmes y a tan solo una cuadra del lugar del hecho.


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En el interior del inmueble los policías secuestraron dos cargadores de ametralladora Uzi, siete municiones calibre 7,62 en cadena de engarce, una granada de mano sin espoleta ni sistema de iniciación, un proyectil de mortero Italaza de práctica y una caja con 48 cartuchos calibre 22 largo.


A raíz del hallazgo fueron convocados al lugar peritos en explosivos, quienes trasladaron el cartucho de mortero para proceder a su destrucción.


Respecto de lo secuestrado en la casa del acusado, el abogado Trimarchi dijo que las municiones antiaéreas “tienen cuarenta años y están en desuso, al igual que los cargadores”.


“Sólo en un cofre tenía guardado algo similar a un mortero”, explicó el letrado y aclaró que a él no le consta que el revólver secuestrado en el lugar del tiroteo “esté registrado a nombre” de Scrocchi.


Según el letrado, en el allanamiento al domicilio del imputado “no se secuestró documentación alguna” sobre el revólver .38 hallado junto a la víctima baleada ayer y que, “en principio, (su defendido) no tiene portación para esa ni para alguna otra arma por su endeble estado de salud”.


“No tiene familia, vive en condiciones paupérrimas y creo que la depresión y la falta e tratamiento idóneo a los largo del tiempo lo han llevado a padecer una serie de patologías (…) No sólo enfermedades como la diabetes, sino otras de corte psiquiátrico”, describió el letrado.


El abogado contó que “hace treinta o cuarenta años” que Scrocchi “se divorció, cayó en una profunda depresión y se recluyó”, por lo que actualmente “es prácticamente un ermitaño” que “recorre las calles con su perro y es muy querido en su barrio”.


“Su estado físico estaba deteriorándose últimamente cada vez más (…) No se encuentra orientado en tiempo y espacio”, explicó Trimarchi y agregó que su defendido está detenido e imputado de “tentativa de homicidio y portación ilegal de arma de guerra”.


El abogado remarcó que Scrocchi “no registra un solo antecedente” penal, que “hace treinta años resultaba legítimo usuario y portador de distintas armas de fuego” y que “era una persona que con asiduidad frecuentaba el club de tiro de Quilmes”.


En tanto, una vecina llamada Celeste, contó a la prensa que ella no conoce al acusado pero que lo cruza cada vez que sale a pasear al perro.


“El vive con su perro en la vereda. Tiene un Pitbull que rescató de la calle (…) Se lo ve como una persona sociable, que conversa con todos los vecinos, por eso, esto nos sorprendió a todos”, relató.


Mientras que las fuentes policiales consultadas detallaron que el acusado es jubilado, reside solo, tiene dos hijos mayores que residen fuera del país y que tiene como ingreso económico alquileres de locales que posee en la localidad de Florencio Varela.


Por su parte, la víctima, identificada por la Policía como Roberto Daniel Cavana (57), permanecía esta tarde internado en el Hospital Iriarte de Quilmes con “pronóstico reservado” y “respiración mecánica”, explicó el director de dicho centro asistencial Juan Manuel Fragomeno.


El facultativo recordó que Cavana ingresó ayer “con pérdida de sangre” y que sufrió “daños intestinales”, por lo que se lo intervino quirúrgicamente.


También aclaró que aun no se lo derivó a terapia intensiva porque se le están tratando de controlar la presión arterial en el “shock room” para “atención de pacientes críticos”.


“Mi papá esta delicado, le tuvieron que cortar el hígado, tuvo hemorragia interna. Según me dijeron los médicos, recibió seis impactos de bala, cuatro en el abdomen y dos en las piernas, más dos heridas de arma blanca en la espalda”, aseguró, en tanto, Walter Cavana, hijo de la víctima.


El hecho ocurrió poco después del mediodía de ayer, en la puerta del Carrefour situado en la esquina de Humberto Primo y Lavalle, en el centro quilmeño, donde Cavana realizaba unas compras y comenzó a discutir con otra persona que lo amenazó con que lo iba “agarrar afuera”.


Cuando Cavana se retiraba del hipermercado fue abordado por esa persona que lo atacó a tiros.


Alertados del hecho, efectivos de la comisaría 1ra. de Quilmes arribaron al lugar y hallaron a la víctima tendida en el suelo junto a un revólver calibre .38, varias vainas y un cuchillo.



 

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