22/01/2018

Miles de fieles se congregaron en un aeródromo de Lima para acompañar al papa antes de su regreso al Vaticano.


El papa Francisco concluyó hoy su viaje a Perú con una misa multitudinaria en la que congregó a más de un millón de personas en la Base de Las Palmas en Lima, desde donde denunció las situaciones "de dolor y de injusticia" en las ciudades.


Al menos 1,3 millones de personas, según las autoridades citadas por el Vaticano, se congregaron en esta misa, la más multitudinaria de esta sexta gira por Latinoamérica.


Desde esta gran explanada, Francisco habló de las ciudades, donde existen "las situaciones de dolor e injusticia que a diario se repiten" y que "nos pueden generar la tentación de huir, de escondernos".


El papa denunció que en la ciudad existen personas que "consiguen los medios adecuados para el desarrollo de la vida personal y familiar" mientras que son muchísimos "los ciudadanos a medias o los sobrantes urbanos".


De estas personas, "que están al borde de nuestros caminos", Francisco señaló que van a vivir "a las márgenes de nuestras ciudades sin condiciones necesarias para llevar una vida digna".



"Duele constatar, agregó, que muchas veces entre estos sobrantes humanos se encuentran rostros de tantos niños y adolescentes".


Lamentó que las ciudades y nuestros barrios "que podrían ser un espacio de encuentro y solidaridad, de alegría" se "transformen en un espacio de huida y desconfianza".


Criticó además que sean "un espacio para la indiferencia, que nos transforma en anónimos y sordos ante los demás, nos convierte en seres impersonales de corazón cauterizado y, con esta actitud, lastimamos el alma del pueblo".


Y afirmó "que una sociedad que no logra aceptar a los que sufren y no es capaz de contribuir mediante la compasión (...) es una sociedad cruel e inhumana".


Llamó entonces a que "la degradación sea superada por la fraternidad, la injusticia vencida por la solidaridad y la violencia callada con las armas de la paz".


Y a los fieles les invitó "a que caminen con el Señor de ciudad en ciudad y sean su discípulo misionero, y así te vuelvas parte de ese gran susurro que quiere seguir resonando en los distintos rincones de nuestra vida".


Así terminó uno de los viajes más difíciles de su pontificado, en el que debió poner el cuerpo a las críticas a la Iglesia chilena por casos de abusos y en el que desde Perú aprovechó luego para mandar mensajes a toda la región en defensa de los pueblos originarios y de fuerte condena a los femicidios y la corrupción.


"Cómo no te voy a querer, cómo no te voy a querer, si es el papa Francisco, vicario de Cristo que nos vino a ver", cantaban las 1.300.000 personas que acudieron, según estimó el vocero papal Greg Burke, en declaraciones a los periodistas que acompañaron al pontífice en la gira, entre ellos el enviado de Télam.


De frente a la multitud que lo despidió, con la movilización que no se sintió durante la etapa chilena de la gira, Francisco reconoció que en la región "el problema está en que son muchísimos los no ciudadanos, los ciudadanos a medias o los sobrantes urbanos que van a vivir a las márgenes de nuestras ciudades sin condiciones necesarias para llevar una vida digna".


La estadía del pontífice sirvió además para que Jorge Bergoglio proyectara desde el país dos preocupaciones latinoamericanas: la corrupción y los femicidios.


Este domingo aseguró que la política regional "está enferma por la corrupción" y hasta arriesgó que "el escándalo Odebrecht es solo una parte chiquita" del problema, durante un intercambio de preguntas y respuestas con obispos peruanos.



En esa parte del diálogo -que fue televisada por error, confirmó Télam luego-, el papa dedicó además una frase con mucho impacto: "En la región se da que gana la oposición y acusa de corrupto al anterior; luego gana el otro y también lo acusa... y los dos tienen algo de razón".


El viernes y frente a las autoridades políticas de un pais en el que los últimos cuatro presidentes, incluido el actual, están bajo la sombra del escándalo Odebrecht, Francisco afirmó que "la corrupción es un flagelo social en los países latinoamericanos" y pidió evitarla con "el compromiso de todos".


El mismo día en Puerto Maldonado y el sábado en Trujillo, el papa sorprendió al enfatizar el rechazo a la violencia contra las mujeres y convocar a "luchar" contra los femicidios.


A luchar contra la "plaga" de los femicidios


"Mirando a las madres y a las abuelas, quiero invitarlos a luchar contra una plaga que afecta a nuestro continente americano: los numerosos casos de femicidio", planteó el pontífice durante la celebración dedicada a la Virgen que encabezó este sábado en la ciudad de la costa del Pacífico peruano.


"Los invito a luchar contra esta fuente de sufrimiento pidiendo que se promueva una legislación y una cultura de repudio a toda forma de violencia", dijo Bergoglio durante la celebración mariana en la que fieles de toda la región norte le llevaron más de 40 imágenes de la Virgen.


La etapa peruana de la visita, en la que desde el primer minuto la movilización popular fue notoriamente mayor a la chilena, inició con un encuentro entre el pontífice y los pueblos originarios de la Amazonía en la selvática Puerto Maldonado.


"Los pueblos de la Amazonía nunca estuvieron tan amenazados como ahora", dijo a 4.000 representantes de 22 pueblos en una ceremonia colorida en la que condenó el extractivismo en el pulmón continenal.


Francisco cerró así la gira que había iniciado el lunes pasado en Chile, donde recorrió Santiago, Temuco e Iquique en un clima de apatía por los escándalos de abusos sexuales previos a la entronización de Bergoglio como papa que involucran a la Iglesia local.


Si bien el pontífice fue explícito dos veces en plantear su "dolor y vergüenza" por los abusos de sacerdotes, la opinión pública y grupos de víctimas rechazaron el gesto papal luego de que el obispo Juan Barros, acusado de presunto encubrimiento de pedofilia, Barros, asistiera a las tres misas que celebró Francisco.


Este domingo, concelebró la misa el cardenal Sean O'Maley, uno de sus laderos en la lucha antipedofilia que ayer se había desmarcado levemente de la crítica del pontífice a quienes acusan "sin pruebas" a Barros.


En su viaje a Chile, Bergoglio sobrevoló Argentina por segunda vez como papa y desde el aire envió un telegrama al presidente Mauricio Macri con "sus mejores deseos de corazón al pueblo" de su "patria".


En Chile, el papa encabezó además un encuentro con pueblos de la Araucanía, entre ellos miles de mapuches, ante los que criticó la "violencia" en todas sus formas, incluida la de los "acuerdos que se firman con la mano y se borran con el codo".


En ese marco, y en medio de una ola de ataques a Iglesias en el sur chileno, Francisco los animó a "decirle no a la violencia".


 


 


Fuente: AFP - Télam

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