27/12/2017

El juez federal Julián Ercolini procesó este martes al técnico en informática Diego Lagomarsino como partícipe necesario del asesinato del fiscal especial de la causa AMIA, Alberto Nisman, en un fallo en el que por primera vez un magistrado califica al caso de "homicidio simple".


Lagomarsino, quien asesoraba a Nisman en temas informáticos, reconoció en más de una oportunidad ser el dueño del arma de la que salió el disparo que mató al fiscal, aunque siempre sostuvo que el investigador se la había pedido prestada un día antes de aparecer muerto.


El magistrado también procesó a 4 custodios de Nisman a los que acusó de haber cometido el delito de "incumplimiento de los deberes de funcionario público" por desproteger al fiscal del caso AMIA.


En un fallo de 656 páginas, Ercolini le trabó a Lagomarsino un embargo de 15 millones de pesos, le prohibió salir del país y, aunque no le dictó la prisión preventiva, dispuso que sus desplazamientos sean controlados mediante una tobillera con GPS.


El supuesto experto en informática no podrá alejarse de su domicilio declarado por más de 24 horas ni más de 10 kilómetros sin autorización del juez y deberá comparecer al juzgado cada 15 días.


A los policías federales Rubén Benitez, Luis Miño y Armando Niz, el juez los procesó como coautores del delito de "incumplimiento de los deberes de funcionario público" y de "encubrimiento agravado" por "tratarse de un hecho precedente a un delito grave".


A todos les trabó embargos de 500 mil pesos, les prohibió salir del país y les fijó la obligación de presentarse en ante el juzgado federal 10 cada 15 días.


En tanto, al custodio Néstor Durán el juez le trabó un embargo por 50 mil pesos de embargo y lo procesó solo por "incumplimiento de los deberes de funcionario público".


Diego Lagomarsino siente que Nisman "le cagó la vida"


El técnico informático Diego Lagomarsino afirmó que si termina preso, acusado de ser partícipe de la muerte de Alberto Nisman, será una "injusticia inmensa" y dijo que el fallecido fiscal le "cagó la vida" al solicitarle que le preste un arma.


"Si voy preso me termino de romper porque no hay nada peor que un inocente preso, es una injusticia inmensa", sostuvo hoy Lagomarsino en un reportaje que brindó al canal de cable América 24.


"Alberto Nisman me cagó la vida", afirmó más tarde en una entrevista por radio Delta, en la que conjeturó que el fiscal general de la causa por el atentado a la AMIA, encontrado muerto el 18 de enero de 2015, "no pensó que me iba a meter en el quilombo que me metió".


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En el marco de la causa que investiga la muerte del fiscal, esta semana se conocerán definiciones, con un fallo del juez federal Julián Ercolini, que definirá si procesa o no a Lagomarsino como supuesto partícipe primario, y a cuatro ex custodios de la Policía Federal por incumplimiento de deberes, anticiparon a Télam fuentes del caso.


En sus declaraciones de hoy, Lagomarsino reclamó que lo juzguen por darle un arma al fiscal "si cometí un delito" e insistió en que eso fue lo único que hizo y "del resto, que está inventado alrededor, no tengo nada que ver".


Según Lagomarsino, "de lo que me acusaron en un primer momento es del préstamo del arma, que sería incompatible con la acusación de ser parte de un plan" y ahora "dicen que tenía el arma en forma ilegal porque tenía el CLU vencido", en alusión a la credencial de Legítimo Usuario de Armas de Fuego otorgada por el Ministerio de Justicia.


Sobre su vinculo con uno de los custodios de la vivienda donde murió Nisman, Rubén Benítez, Lagomarsino dijo que no tiene "más relación más que un 'hola y chau'".


En su indagatoria, acusado por incumplimiento de los deberes de funcionario público, Benitez reveló que Nisman le había pedido que comprara un arma para velar por la seguridad de sus hijas, en coincidencia con el argumento de Lagormarsino para explicar cuál fue la razón por la que decidió prestarle a Nisman su arma calibre 22.


Ante la inminencia de la decisión judicial, Lagomarsino admitió estar "muy agotado" y añadió: "son tres años sin descanso, con una carga sobre mis hombros".


"Muy al principio me agarró una depresión tremenda, pensé en suicidarme", admitió el técnico informático, al considerar que "las presiones te llevan a una situación de no saber qué hacer".


Ante otra consulta, el técnico informático reiteró que durante 7 años "le dí el 50 por ciento de mi sueldo" al fiscal y explicó que aceptó esa relación laboral porque "era el requerimiento para trabajar ahí".


'Yo quería trabajar con él porque era una causa interesante para laburar. Inicialmente hice una auditoría y después me hizo hacer cruces telefónicos, no las escuchas', aseveró.


Por último, recordó el fundamento del fiscal para compartir una cuenta bancaria en el exterior, al precisar que "su madre estaba enferma y si llegaba a morir perdía la mitad de lo que tenía depositado en Estados Unidos".

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