16/12/2017

El bonaerense Diego "La Joya" Chaves perdió por nocaut en el tercer round con el estadounidense Jamal James en una pelea de categoría welter realizada en Lancaster (California), Estados Unidos, cuyo resultado le restó posibilidades de acceder a una chance por título del mundo.


El púgil nacido en San Miguel sucumbió cuando su rival lo puso contra las cuerdas y le conectó un gancho a la zona hepática que lo dejó tendido en el suelo del ring.


Chaves, de 31 años, perdió en su regreso a los Estados Unidos después de tres años y ahora quedó con un récord de (26-4-1, con 22 nocauts).


Su anterior pelea en suelo estadounidense había sido el 13 de diciembre de 2014 en Las Vegas cuando empató con el local Timothy Bradley Jr.


El bonaerense Diego Chaves (65.770 kg) no pudo superar ninguna de las incógnitas que condicionaban la recuperación de sus notables aptitudes técnicas, vitales en su consagración como campeón mundial welter (AMB) - interino- en 2012. Sus tres años de ausencia del boxeo de primer nivel, atenuados por tres insípidas peleas preparatorias realizadas en los últimos meses en las que sólo completó ocho rounds, resultaron gravitantes en el desarrollo de su derrota por K.O en el tercer round, ante el estadounidense Jamal James (66.320 kg), un "gigantón" de 1.88 metros, que manejó el combate a su merced y con la profundidad de sus golpes al cuerpo, dio un paso trascendental para ingresar al último ranking de 2017. El match efectuado anoche en Lancaster, California, constituyó un revés terminante para uno de los cuatro púgiles más valiosos del pugilismo argentino, que de esta manera opacó el cierre de una temporada propicia.


Chaves, de 31 años y un record de 26 victorias, 3 reveses y un empate, no pudo adaptarse a la desventaja de altura y alcance - 10 cm- que James aprovechó a la perfección. Intentó pelear, en modo intenso, en los primeros pasajes, con algunos aciertos, pero se fue perdiendo, en el cuadrilátero, con el correr de los minutos. Evidenció tres mermas básicas, inesperadas y casi decepcionantes, que lo ubican, ahora, en un cono de sombra del que será muy difícil salir: 1º) Se mostró desconfiado e inseguro a la hora de recibir impactos, un viejo síntoma que lo llevó a perder en modo incomprensible ante Keith Thurman, en 2013 y que corrigió luego ante Brandon Ríos y Timothy Bradley, en Las Vegas. 2ª). No tuvo un sostén atlético ideal para mantener un trabajo continuo durante cada asalto. 3ª). No mostró un espíritu estoico capacitado para convivir con el sufrimiento en el momento adverso del match, cuando los ganchos al tórax de James, acabaron con él, desperdigado en la lona. La suma de todo esto determina un panorama, altamente, negativo para quien ostentaba el quinto puesto en el ranking mundial y una consideración óptima de la industria del pugilismo norteamericano.


Su representante Sebastián Contursi y el promotor Tom Brown, lo ubicaron en una cartelera de pesos welters, con más pasado que futuro: Wale Omotoso, John Molina y Jessie Vargas. Ellos aprovecharon la oportunidad. Chaves, la desperdició, ante un boxeador fino y bueno como James, de 22 victorias, (10 K.O) y un revés.


¿Cómo se debe recuperar a Chaves? Con un trabajo intenso y rápido. Con un cambio de mentalidad absoluta, asumiendo las culpas de esta derrota que - imperiosamente- deberá dolerle en lo más profundo de su alma. Si no es así, no servirá de nada. Corresponderá volver a Estados Unidos, en rol de "probador de la estrella del momento". Con poca protección. Y de esta manera, arriesgando más de la cuenta, intentar resurgir de las cenizas; sepultando todas las dudas que lo llevaron emprender un cambio rotundo en la conducción de su carrera. No hay otro camino para un boxeador como él, del cual se esperaba lo máximo. Sin embargo, terminó protagonizando la gran frustración de 2017.


 


 


Fuente: La Nación - Télam


 


 


 


 


 



 

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