19/11/2017

La primera noche de la 48va edición del Festival Nacional de la Música del Litoral estuvo signada por el reconocimiento oficial a los hermanos Héctor y Félix Chávez. Este último fue quien recibió el Mensú de Oro en medio de los aplausos del público y toda la comunidad artística de la región.
 
Por más que a veces se demore la justicia siempre llega, como lo hizo anoche, cuando Félix Chávez, con sus más de 80 años, subió al escenario Alcibíades Alarcón para recibir la merecida estatuilla de manos de Juan Pico Núñez, anterior ganador del mismo premio. Y con este reconocimiento se salda una vieja deuda de la cultura misionera para con un dúo que, muchas veces desde la sombra y la distancia, ha relatado las vivencias de las clases más pobres de nuestra sociedad.


 
"Se ha hecho justicia con estos hermanos que durante tantos años han trabajado en pos de la cultura de nuestra provincia", relató Juan Pico Núñez al bajar del escenario luego de entregar el Mensú. "Un premio más que merecido para dos artistas que le cantaron siempre al trabajador rural desde su corazón. El espíritu del Mensú de Oro es un mérito a la trayectoria, y aunque mucha gente no los conozca, Héctor y Félix Chávez han dado muchísimo por nuestra tierra y han escrito canciones con las que muchos nos hemos criado escuchándolas. Este premio era algo inevitable y tenía que suceder".



 


Y las repercusiones en la comunidad artística no se hicieron esperar. Desde su casa en Buenos Aires, el Chango Spasiuk transmitió su alegría ante la distinción: "No se puede pensar en cultura de la provincia de Misiones sin tener en cuenta la obra Héctor y Félix Chávez. Soy un profundo admirador de su obra y agradezco ese merecidísimo Mensú de Oro para ellos, pero por sobre todas las cosas, lo que tienen merecido es mi respeto y el de una gran comunidad artística, no solamente del chamamé o la música folklórica, sino de todo el ámbito de la cultura".
 
También desde su domicilio, y seguramente imaginándose lo emocionante de su presentación de esta noche cuando Ichu Castillo regrese al Festival de la mano de su presentación junto a Espiral, Joselo Schuap manifestó que "Misiones le quedó debiendo a Blas Martínez Riera un homenaje, hoy estamos cumpliendo con Los Hermanos Chávez, y quiero agradecer a la Municipalidad de Posadas y a la Organización del Festival del Litoral por haber hecho este reconocimiento, no sólo porque se lo merecen, sino porque se está plantando la bandera de que, a veces, quienes deben recibir los premios no son los que han vendido muchos discos o logrado el éxito comercial".
 
En la misma línea se manifestó Julián Zini, quien relató que lo "lindo que estos amigos y hermanos tan importantes para la música de la región reciban una distinción, que es un homenaje tan merecido y los llenará de orgullo al saberse finalmente reconocidos. Estoy muy feliz y agradecido a la organización del Festival que hayan mirado a tiempo para hacer este reconocimiento que se lo merecían desde hace mucho tiempo. Sergio Tarnoski también dejó sus impresiones acerca de este premio: "Es emocionante. Tienen una trayectoria única por la manera sutil y elevada con que han relatado las vivencias de la gente trabajadora de esta tierra. Hay que destacar el valor de reconocer el valor de estos grandes músicos misioneros.



 
Una primera antorcha para calentar una noche fría


El impredecible clima que obligó a dar inicio con la inicialmente programada como segunda noche, también se encargó de que en las gradas se observen abrigos y hasta gorros de lana. El público que desde temprano ocupó las gradas del Anfiteatro pudo disfrutar de un cartel variado y regional como nunca.


La apertura, con puntualidad inglesa, corrió por cuenta de la banda folklórica más antigua del país. Efectivamente, nuestra orquesta folklórica municipal, en esta oportunidad con Julián Texeira en la voz, fue la encargada de abrir el fuego en una tarde/noche que ya se avecinaba fresca en las gradas pero caliente en el escenario. Allí nomás irrumpió el canto de la selva con la comunidad Tava-Miri y sus sonidos de la Tierra Sin Mal. Luego de los sonidos ancestrales dirigidos por el Karai Germán Acosta, fue el turno de Pato Otelo y Justo Cabrera, que llegados desde Puerto Tirol, Chaco, fueron seleccionados en el Pre Festival. 


Con la llegada del Ballet Kolomeia el pulso de todos se aceleró, y los 32 bailarines regalaron altas dosis adrenalina en formato de danza ucraniana tradicional con toques de modernidad, para luego dar paso a otro ganador de las etapas de preselección el festival. Así, Rodrigo González ganador en el rubro "Canción Inédita" regaló al público la canción "Por cantarle nomas", un homenaje a esos valientes que se animan a salir de su terruño y buscar una nueva manera de vivir.


El canto guaraní se hizo presente nuevamente con la presencia de Nerina Bader, quien junto a Karoso Zuetta y Eva Luna, su pequeña hija, y un coro de niños mbyá regalaron canciones de su reciente disco "Paranaensis", para dejar el escenario a la Escuela Superior de Danzas, cuyos bailarines dieron una exhibición de cómo se baila la polka paraguaya. Allí nomás le siguió Mario Pereyra, que llegó luego de haber ganado la etapa Posadas del Pre festival. Las ovaciones que obtuvo con su power chamamé se podrían comparar con un tenista que llega a las semis de Roland Garros luego de haber llegado desde la qualy o con una wild card.  Pueden estar seguros que Mario Pereyra, de esta noche, no se olvida más.


A la euforia del casi novato le siguió un joven que sin embargo ya tiene muchos escenarios a cuesta. Así, Fausto Rizzani regaló su carisma y conexión con el público. Con similar grado de emotividad, Lito y Nico, o sea Los Encina regalaron sus chamamés nostálgicos e impecablemente arreglados. Ellos fueron los elegidos para abrir la transmisión de Canal 12, que una vez más, brindó su pantalla y equipo de producción para llevar al festival a cada hogar de la provincia.


La llegada de Pamela Ayala a cualquier escenario nunca pasará desapercibida, y la nacida en Puerto Esperanza levantó al público con la energía de su voz y una puesta en escena que cada día la engrandece más. Esta vez con un set mayoritariamente cercano a la costa del Río Uruguay, Ayala volvió de demostrar su comunión con el público local. Allí llegó uno de los momentos cumbres por la emotividad, cuando Julián Zini, uno de los grandes de este festival, una vez más colmó los corazones con su poesía en formato de canción regional.
 
Los superhéroes van llegando


Uno de los momentos más esperados de la noche fue la presentación del combo de virtuosos de Brasil, Argentina y Paraguay. Primero fue el turno de Francisco Giménez y su arpa, que derrocharon virtuosismo para dejar paso a otro invitado especial. Gerson Douglas, que en su mochila carga nada menos que haber tocado con la estrella brasileña Michel Teló, levantó al público e hizo bailar derribando cualquier frontera musical e incluso futbolera. Así, todo el anfiteatro coreó "Brasil Brasil", como si fuera la tribuna del Maracaná. Gerson, manipulando su acordeón como si fuera una Gibson les Paul, demuestra a cada acorde que es un auténtico rockstar. La tercera pata de esta trilogía fueron los créditos locales Pico y Chavo Núñez, que demostraron, una vez más, la valía de su arte y profunda conexión con el público.


En tiempos de villanos es cuando los superhéroes aparecen, y así como La Liga de la Justicia arrasa en las taquillas de los cines de todo el orbe, el Festival del Litoral recibió a la Unión Mercosureña, un combo que unió cuerdas argentinas y paraguayas con fuelles de ambos lados del río Uruguay. El resultado fue apoteótico a puro guarania, chamamé y vanerón, y un final con "Misionero y guaraní" y una versión de "KM 11" que, a decir verdad y con el GPS del corazón, fueron varios kilómetros más.
 
La recta final


La tribuna hervía, pero aún faltaba un tercio del festival. Este último tramo vio desfilar la dinastía Carabajal, con Cuti y su prima Graciela en voces y su arsenal de chacareras "made in Carabajal". Lo siguieron el Ballet Oficial del Festival, que con Luis Marinoni a la cabeza deslumbra en cada escenario con una puesta en escena siempre descomunal.  A continuación, el heredero de una leyenda que supo hacer vibrar al festival. Así, Gustavo Miqueri y su grupo Trébol de Ases fue el encargado de dejar el escenario caliente para el incendio que estaba por venir. La madrugada y su frío se hacían sentir, por eso atinadamente Los Mitá antes y Rulo Grabovieski al final, se encargaron de hacer bailar a cada uno de los presentes en la primera noche del festival.


 


 


Fuente: Dirección de Comunicaciones Municipalidad de Posadas

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